AMAR FUERA DEL AGUA [01]

Capítulo 71 | Parte 1.

Theo.

Por una milésima de segundos, tuve la esperanza de que fuera Soph la que estaba buscándome, sin embargo, no fue así. Era Massiel.

No me molestaba su visita, para nada, solo que no era a quién esperaba.

— Massi, ¿qué haces aquí?

Mientras le preguntaba el motivo de su visita, me dirigí al sofá para estar más cómodo al tomar mi café.

— Seokie me contó lo que sucedió con tu novia — respondió a mi duda.

"Seok, puedo asegurar que te cortaré tu estúpido cabello por chismoso", pensé molesto.

— ¿Ustedes volvieron a hablar? — intenté sonar lo más casual posible.

Ella asintió con una leve sonrisa, caminó hacia el sofá.

— Algo así... Hace algunos días lo llamé y empezamos a conversar nuevamente.

Su Hi, apareció en la sala con el café que le había pedido hace algunos minutos; se acercó a mí y me lo entregó.

— Gracias — le dije a la empleada de mi casa. Luego le pregunté a Massi— Y tú, ¿gustas algo?

— No, muchas gracias. Solo quiero conversar contigo. Por algo somos amigos, ¿no? — dijo con una radiante sonrisa y se sentó junto a mí.

Reí.

Conversamos largo y tendido sobre nuestras vidas en estos últimos meses, ella me contaba sobre su marca de ropa y el éxito que tenía gracias a su habilidad para los negocios. En todo momento, intenté evadir el tema de mi relación con Sophia, pero cada vez se hacía más difícil desviar la conversación; Massi era astuta, sabía a la perfección como picar sobre un tema.

— Theito, nos conocemos hace años y te conozco. Que me haga la boba, no significa que no me dé cuenta de cómo cambias de tema cada 5 minutos — dijo con voz leve.

Bajé la mirada.

Era cierto, ella había sido mi amiga durante años, fue mi mejor amiga, a decir verdad, éramos muy unidos, hasta que me mudé a Londres y nos distanciamos, poco después me enteré de su relación con mi hermanito.

Nos conocimos por accidente en un café, uno de mis lugares favoritos. Yo estaba sentado solo, leyendo uno de mis libros favoritos "Todo lo que nunca fuimos". Y a pesar de lo entretenido que estaba con la trama de mi libro, no pude pasar por alto la escena que estaban montando una chica pelinegra, alta y algo delgada, y su novio, bueno, en ese momento, pensaba que lo era. Él la intentaba sacarla del café y llevársela a rastras, lo cual impedí a toda costa. Cuando por fin logré que lo botaran del café, le invité uno a la pelinegra para que se calmara; ella me contó que era un chico que la acosaba, era de su colegio, y también me confesó que no tenía a quién contarle lo que estaba pasando. Ese día también me contó sobre sus padres, vivían prácticamente en Italia, ella solo seguía en Seúl por su abuela, y que tenía un medio hermano que la odiaba, jamás imaginé que ese medio hermano era Jae.

Esa verdad sobre el lazo de sangre que unía a Massi con Jae, la descubrí mucho después en uno de mis viajes de visita a Seúl durante mis años de universidad.

¿Por qué no me di cuenta antes? Porque ellos no se conocían, de hecho, hasta se llevaban bien, cuando ella creía que solo era mi primo y él creía que ella era mi amiga.

— Soph está pasando por mucho, debo darme su espacio, pero eso no disminuyen mis ganas de verla — torcí el gesto, al admitir mi pesar.

Ella me tendió los brazos con tranquilidad. Dejé mi café en la mesa, y me acerqué a ella para aceptar el abrazo que me ofrecía desinteresadamente. Massi seguía oliendo a vainilla, ese era su marca personal.