La otra aventura.

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La guerra se estaba librando en Hogwarts. Habían destruido los horrocruxes con sus amigos, Harry y Ron. Acababa de presenciar la decapitación de Naguini por Neville con la espada de Gryffindor. Ella y Ron peleaban espalda con espalda, explotando sus nuevas habilidades. Merlín bendiga a Luna por eso. Ella era toda una Ravenclaw. 

Entonces, de no sabe dónde, un rayo morado impacta en su pecho... 

El cielo se abre y el sol resplandece. Los oídos le pitan y su vista está un poco borrosa. ¿No estaba ella del otro lado de la puerta principal?

-Señorita, ¿está usted bien? –escuchó una voz a su lado.

Sus ojos castaños intentaron enfocarse. ¡No podía ser! No quería morir así, pero ni modo.

-¡Profesor Dumbledore! ¿Ya he muerto?

Antes que pudiera escuchar respuesta, la luz se apagó.

Hermione Granger había desaparecido de la batalla... pero seguía en Hogwarts.



Capítulo uno

Hermione no podía entender qué era lo que había ocurrido. Es decir, su cerebro le dio la respuesta hacía meses, pero de allí a mirar a su alrededor y no ver a sus amigos... 

Y es que estaba de nuevo en Hogwarts, ¡pero cincuenta años atrás! Y no en la mesa Gryffindor.

El profesor Dumbledore aparecía de una visita a Londres muggle para informar a otro niño que era mago, cuando vio a una niña tirada en la entrada del castillo. Lo reconoció y se desmayó. Sin más nada que hacer, la llevó al interior, al ala de hospital que poseían, y la enfermera Worthgut le dijo que ella tenía su núcleo debilitado por usarlo en demasía. Las preguntas comenzaron a acribillar su cerebro. ¿Cómo llegó allí? ¿De dónde venía? ¿Amiga o enemiga?

No fue hasta una semana después que despertó del coma mágico inducido, y delante del director Dippet, el profesor Dumbledore y la enfermera, Hermione le explicó que había estado en una batalla, pero no podía recordar dónde ni con quién estaba. No dio grandes detalles. Sabía que su sola presencia estaba cambiando el futuro que conocía. Sabía que estaba en el pasado en cuanto vio al profesor Dumblendore tan joven.  Un rápido tempus amplificado le dio la certeza de estar en el verano de 1942. También sabía que el hechizo que le lanzaron había impactado en el giratiempo que nunca había entregado y jamás se quitaba, aunque no pudiera usarlo. Giratiempo que terminó destruido al chocar el hechizo.

Lo que Hermione no esperaba era el salto cualitativo que tuvo. Porque su magia había madurado hasta ser la de una bruja experimentada. Y no era para menos, con todo lo que tuvo que vivir. No por nada, Harry le decía que era la más inteligente de su época. ¡Ja!

Amparada bajo el ala de su profesor preferido, realizó los EX.T.A.S.I.S. con excelentes resultados. No había cambiado mucho el temario. Y ahora, Hermione Granger, era la profesora de Estudios Muggles de ese año. ¡Con solo dieciocho años, pronto a cumplir diecinueve! Ella no tenía registro de nada. Ningún documento, ninguna dirección, ningún familiar. Tener semejante talento en su staff de profesores, hizo que el director Dippet la contratara inmediatamente. No es que ella tuviera otro lugar al que ir.

Su magia estaba algo intranquila. Cuando habían empezado con el E.D., Luna les enseñó Magia Natural. Por supuesto, Neville fue el primero en desarrollarla, junto con ella, que eran afines a la tierra. Sorprendentemente, Ron era fuego, y Harry era de aire, uno de los más difíciles. Cuando su magia estaba así de inquieta, era porque quería "jugar". O sea, se desbordaba de su núcleo. Pero no era tiempo de jugar, y ella tenía un control férreo sobre su magia. Además, estaban en la cena de comienzo de ciclo. Era, nuevamente, 1° de septiembre.

Le parecía surreal ver tantas caras conocidas, que se parecían a sus futuros descendientes. Malfoy era uno de ellos. Orión Black... era el calco de Sirius. Había una persona que se parecía mucho a Xenophilus Lovegood. También vio a la futura profesora McGonagall, tan seria en su uniforme de Gryffindor, hasta que le sonreía al joven junto a ella. ¡Ah, quien diría que le gustaba alguien en el colegio! Y como evitar ver a Hagrid...

-Y ahora, como último aviso... -anunciaba el director Dippet estirando su mano hacia ella. –La nueva profesora de Estudios Muggles que este año se une al plantel. La señorita Hermione Granger. Por favor, denle una cálida bienvenida.

Hermione se levantó y se inclinó levemente hacia el alumnado, intentando no mirar fijamente a un prefecto azabache que no le quitaba la mirada.

¡Iba a ser un año difícil, pero nada comparado con la guerra!


Bueno, espero que le den una chance. Es una historia ligera. De las que me gustan.

Estudios muggles (editando)Where stories live. Discover now