La dualidad es posible en medio de uno, en una dualidad no es posible uno

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El cero es un número que no vale, pero entre más ceros tenga cualquier otro número, más grande es su valor. Por supuesto, que esto sólo aplica si se encuentra del lado derecho, de lo contrario cada cero a su izquierda le quita valor. 

Denzel fue mi vecino desde muy pequeño, nos frecuentábamos en el barrio pues comúnmente solíamos jugar en el mismo horario. Nunca me gustó vestirme con tanta ropa, Denzel usaba más de 2 playeras por día, parecía feliz pero sus ojos denotaban tristeza. Había perdido a su padre, en esos momentos no me daba cuenta de lo que sucedía y él tampoco. Sin embargo debo admitir que lo escuché llorar muchas noches, era algo espeluznante oír sus gritos clamando por su papá, parecía tener pesadillas. 

Denzel arruinó mi vida.

Si consideras como una capa superficial de emociones compone el centro de la inmensa duda, el lente que profundiza en medio de la nada, la escultura que fue moldeada, 20 años no son suficientes para enfrentar tal guerra, cuando miras hacia atrás y te topas con un reflejo. Caminas en círculos por una vida cuadrada, triangulando como girar en la esquina, deslizarte por la arista encontrando la línea de tu destino. 

Me acerqué a él en un día lluvioso, me puse mis botas, sabía que era un buen niño pero, no me había tomado el tiempo de conocerlo, pensé en llevar uno de mis juguetes, escogí mi favorito. No recuerdo cuando fue la última vez que me interesé en hablar con alguien. Hacía frío, dolía la lluvia, pero no entendía que hacía Denzel en medio de la nada. 

En mi mente figuró la idea de que no era un buen momento, y pensé que quizá podría darme un poco de miedo. Miré sus puños, tenía marcas de rasguños. 

- ¿Quién te hizo esto? 

-Tú lo sabes...

Sorprendido por la respuesta, quise mirar su rostro y me encontré con ellos. Vacíos y muy grandes, oscuros como la noche, inyectados de sangre que por algún motivo sentía que era mía. Ellos me enseñaron cosas ocultas, ellos me escuchaban, ellos crecieron dentro de mí, ellos me susurran, ellos me lastiman, ellos me hablan... 

- Bienvenido, has entrado a la salida principal, puedes hablar por el audífono mientras como mi agua, bebe mi sándwich, y mira la música, ¿escuchas la pintura?

- Denzel, ¿qué te sucede?

Guardó silencio, no entendía nada de lo que estaba sucediendo, tan sólo había sido una pequeña charla, y la lluvia desapareció. Las gotas caían aunque no las podía ver, sentía su cortante recorrido por mis mejillas. 

- Mis madre me obligó a hacerlo, no tengo idea de lo que sigue. Siempre he tenido la curiosidad, ¿Cuál es tu nombre?- me dijo. 

Escuché unos gritos familiares, que me llamaban agitados. Andrew llegó primero seguido de los pasos de Prixton. 

-¿Qué sucede contigo?- me dijo Andrew mientras en cámara lenta vi como su puño se estrelló contra el rostro de Denzel. Me quedé helado, quería moverme pero no podía, sentía como todo dentro de mí se revolvía, quería vomitar después de ver la cantidad de sangre que había y de contar los dientes en el suelo. Prixton de inmediato tomó a Andrew de la playera, nunca pensé que fuera tan fuerte. Lo arrojó 2 metros a lo lejos. 

Mi vista se nubló, mi cabeza era aplastada por un torbellino de emociones. Viendo borroso capté uno de los peores momentos de  mi vida pero no podía saberlo en ese momento. La mano de Prixton saludando a Denzel. Una amistad que me llevaría a la muerte.

-¿Cuál es tu nombre?- repitió Denzel. 

-Mi no.... mi nombre, me lla... me llamo .................................. 

Desperté días después en un hospital, se sentía como mi casa, mi hogar.

Así es, perdí la memoria, perdí mi juguete, perdí parte de mi vida.


"El mejor escondite no está una cueva oscura, se encuentra en una explanada repleta de luces, donde no se ocultan las bestias sino los mejores expositores de las lágrimas sofocadas en un vaso lleno de gritos de auxilio transparentes, por un tiempo" 

Un ojo para cada realidadWhere stories live. Discover now