09 ┇David

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—¡Nos mentiste a la cara! ¡Todo este tiempo nos estuviste mintiendo!

Eddie caminaba exasperado al rededor de la habitación de Stan mientras que este lo veía nervioso y se sostenía una bolsa de hielo en la cara.

— Yo no- — intentó hablar pero el de menor estatura lo chistó.

— No quiero que te justifiques, solo vine a escuchar tu lado de la historia.

— ¿No es lo mismo? — preguntó con el ceño fruncido

— ¡Yo decidiré si es verdad o no!

Suspiro mientras que lo veía rendido.

Ya no tenía caso esconderlo más y si lo hacía solamente se vería más sospechoso.

Stan decidió contarle todo a Eddie de inicio a fin, desde el día en que lo habían citado en casa de Bill para cuestionarlo hasta hace poco en la mañana. Se desahogó completamente, bueno casi, exceptuó un pequeño pero gran detalle: los sentimientos que comenzaron a surgir por Mathilda desde el beso, su maldito primer beso, aquello si era real, no lo que sus amigos creían sentir. Pero decidió omitirlo ya que aparte de que eso sería contradictorio a toda su historia y porque eso que comenzaba a surgir murió con el miedo que Henry había inculcado en él.

El pelinegro escuchó todo muy atento, haciendo muecas en ciertas partes y frunciendo el ceño en otras.

Ahora Eddie estaba en un conflicto sobre si creerle a su amigo a dejarse llevar por los chismes. Sonaba mal pero ¿cómo sabía que solo le echaba la culpa a Mathilda para el quedar bien con ellos?

Stan vio que su amigo dudaba

— Eddie por favor créeme, ahora lo que menos quiero es que ustedes se enojen conmigo, suficiente tengo con tener al gorila de Bowers encima.

El asmático refunfuñó unas palabras que Stan no entendió muy bien pero no importó ya que después su amigo le extendió la mano en una ofrenda de paz.

— Está bien está bien, te creo —dijo de mala gana, pero al rubio no le importó ya que salto a abrazarlo dejando a Eddie confundido.

— Ya quítate — hizo una mueca de asco — Te ayudaré a convencer a los demás de que lo que dices es cierto y ya veremos qué hacer para que Henry no te mate

— Genial

— ¡Solo si! —recalcó lamiéndose los labios dispuesto a dar su precio.

— Era demasiado bueno para ser verdad — se resignó.

— Me das la mitad de tus dulces de Halloween— sentenció cruzado de brazos y con una sonrisa

— ¿Y ya? — preguntó el de rulos con el ceño fruncido — Creí que pedirías otra cosa... Ya falta poco más de dos semanas para eso

— Quiero estar preparado... y ya sabes como es mi mamá, revisa mi canasta antes de poder tocarla... todos - los - años —dijo lo ultimo pausadamente mientras fingía llorar.

— ¿Entonces quieres que yo...?

— Me des tus dulces a escondidas, si.

Resoplo

— Hecho.

Sellaron el trato con un apretón de manos.


( 🎈)

Martes por la mañana Stan y Eddie tenían un plan perfecto, infalible y todo parecía mejor ya que ni Henry ni Mathilda habían asistido ese día a clases.

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