28┇Pecas.

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Azoto la tapa del grueso libro mientras soltaba un bufido frustrado sacando así de su batalla interna al pelinegro "frente" a el.

— ¡N-Nunca encontraremos n-nada! — Exclamó con fastidio Bill.

Ambos chicos se encontraban en la biblioteca tratando de investigar algo. Tenían la certeza de que Eso controlaba todo el pueblo, desde su llegada pasan cosas demasiado raras, desde el clima hasta el comportamiento de las personas, querían llegar al fondo de esto de una vez por todas.

— ¡Y menos s-si no me a-ayudas!

David no tenía ánimos de nada, su mente estaba en otro lado y en lo último en lo que quería pensar era en ese demoniaco payaso.

— Lo lamentó, fue una noche difícil. — Bill lo observo con el ceño fruncido pero igual no pregunto.

Sabia que David le respondería con un comentario sarcástico o lo mandaría a la mierda muy directamente. Prefería ahorrar otra pelea.

Llevaban juntos una semana exactamente y se podría resumir en solamente peleas. Y siempre por razones tontas, desde puntos de vista diferentes hasta para saber quién era más inteligente.

David a pesar de todo lo que le gritó el tartamudo seguía pensando en lo ocurrido la noche anterior en casa de este mismo. Se debatía mentalmente en si decirle o no a Bill.

FLASHBACK

El pelinegro reposaba en el pequeño sofá en la habitación de Bill tratando de conciliar el sueño ya que quería descubrir si podía; desde que estuvo con Eso lo logró por pequeños lapsos de tiempo pero aún así no estaba agotado como lo estaría una persona normal.

Pero su pequeño esfuerzo se esfumó siendo que por algún lugar de la casa comenzaron a oírse lamentos lejanos.

Era escalofriante pero lastimosamente el siempre estuvo acostumbrado a ese tipo de ruidos, batalló mucho para perderles el miedo pero simplemente llegó a una edad donde entendió que no todos los entes eran malos y solo buscaban paz.

Frunció el ceño confundido y se puso de pie lentamente. Tampoco estaba seguro si no era una trampa de Pennywise. Dudo mucho de esto último, siempre que había un alma cerca el sentía cierto cosquilleo en la punta de sus dedos y una sensación de frío, justo lo que sentía en ese momento.

Pero ¿qué clase de espíritu habría en casa de Bill?

Atravesó la puerta del cuarto de su compañero momentáneo y salió a buscar de donde provenía el llanto, parecía ser un niño pequeño.

No tuvo que buscar mucho, pues en aquella habitación del frente se sentía más potente la energía.

La puerta estaba entre-abierta y se podía ver una luz de noche encendida que hacía pequeñas figuras de tortugas en la pared.

Antes de entrar se dio cuenta que en el piso había pisadas de agua poco lodosa, como si hubieran pisado charcos y después entrado a la casa.

David sentía cada vez más la piel de gallina y un escalofrío en las rodillas, era algo con lo que nunca se había topado antes, era un ambiente demasiado pesado y poderoso, pero sobre todo: triste.

Igual que con todo, traspaso la puerta y al dar una mirada rápida a la habitación por fin vio al pequeño fantasma.

Era un niño, no lo reconoció al instante pero estaba seguro de haberlo visto en alguna parte.

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