Parte 11.

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Hay un chico que siempre toma mi tren a la media noche. Hoy, ambos fuimos a la cafetería de siempre antes de tomar el tren. Salí caminando lentamente para que él me alcanzara a la salida, pero cuando salió con su café, corrió muy rápido. Yo casi me quemo, y él también. No sé si fue un vago pensamiento o mi imaginación o si en verdad lo hizo, pero escuché que me gritaba. Decía mi nombre. No alcanzamos nuestro tren, así que tomamos el que llegó diez minutos después.

—Disculpa —dijo y por un momento quedé petrificada.

—S... ¿sí? —tartamudeé. Bien, que idiota.

—¿Tienes la hora?

No podía dejar de ver su rostro, sus facciones y su sonrisa atenta a mi... ¡RESPUESTA!

Miré mi regazo y desbloqueé mi celular. Mis manos temblaban.

—Son diez pa... —inhalé—. Diez para las ocho —sonreí.

—Gracias —me devolvió la sonrisa y se volteó de nuevo.

La curva línea que tenía en mis labios desapareció.

No me notaba.

No lo hacía.

Jamás lo haría.

Yo me siento justo detrás de él y creo que tal vez no podría ser el indicado para mí.

𝐌𝐈𝐃𝐍𝐈𝐆𝐇𝐓 𝐓𝐑𝐀𝐈𝐍 ⋆ 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐀𝐯𝐞𝐫𝐲Onde histórias criam vida. Descubra agora