Annie y la Cámara de los Secretos

10. Moaning Myrtle

 
 
MYRTLE LA LLORONA

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Caminaban por los pasillos, después de la clase de Historia. Mientras caminaban empujados por la multitud, pasó Colin Creevey.

—¡Eh, Harry!

—¡Hola, Colin! —dijo Harry sin darse cuenta.

—Harry, Harry.., en mi clase un chico ha estado diciendo que tú eres... —Pero Colin era demasiado pequeño para luchar contra la marea de gente que lo llevaba hacia el Gran Comedor. Le oyeron chillar:

—¡Hasta luego, Harry! —Y desapareció.

—¿Qué es lo que dice sobre ti un chico de su clase? —preguntó Hermione.

—Que soy el heredero de Slytherin, supongo —dijo Harry.

—La gente aquí cree en cualquier cosa —comentó Annie.

Pasaron por el lugar donde seguía el mensaje, donde Filch hacía guardia.

—No hay nada malo en echar un vistazo —dijo Harry, dejando la bolsa en el suelo y poniéndose a gatear en busca de alguna pista.

—¡Esto está chamuscado! —dijo—. ¡Aquí... y aquí!

—¡Ven y mira esto! —dijo Annie—. Es extraño.

Eran arañas. Escabulléndose por una ventana. Iban en fila.

—¿Habían visto alguna vez que las arañas se comportaran así? —preguntó Hermione, perpleja.

—Yo no —dijo Harry—. ¿Y tú, Ron? ¿Ron?

Ron había retrocedido y parecía estar luchando contra el impulso de salir corriendo.

—¿Qué pasa? —le preguntó Harry.

—No... no me gustan... las arañas —dijo Ron, nervioso.

—No te preocupes Ron, tampoco me agradan —dijo Annie.

—No lo sabía —dijo Hermione, sorprendida— Has usado arañas en Pociones...

—No me importa si están muertas —explicó— odio la manera en que se mueven.

Harry quiso cambiar de tema.

—¿Recuerdan toda aquella agua en el suelo? ¿De dónde vendría? —preguntó el azabache.

—Estaba por aquí —dijo Ron, caminando— a la altura de esta puerta.

Tomó el pomo de la puerta, pero retiró la mano rápidamente.

—¿Qué pasa? —preguntó Harry.

—Es un baño de chicas —explicó Ron.

—No hay nadie dentro —dijo Annie acercándose— es el baño de Myrtle la Llorona. —Abrió la puerta y entró.

Era un baño triste y feo. Los espejos estaban quebrados, los lavamanos en mal estado.

El piso estaba mojado, y las puertas de los retretes rayadas.

Hermione avanzó y colocó uno de sus dedos en su boca, pidiendo silencio.

—Hola Myrtle ¿qué tal? —preguntó Hermione en busca de la fantasma.

Los tres se acercaron a Hermione. Myrtle estaba sobre la cisterna de un retrete.

—Es un baño de chicas —dijo recelosamente al ver a Harry y Ron— ellos no son chicas.