Annie y la Cámara de los Secretos

19. Petrified Hermione

 
 
HERMIONE PETRIFICADA

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Harry venía llegando del entrenamiento de quidditch, ya que al día siguiente había partido. Annie leía un poco en la sala común, junto a Hermione.

—Hola —la saludó el pelinegro. Annie sonrió.

—Hola, James —respondió Annie. Le habían contado a Hermione y Ron que ya eran novios, y ambos se pusieron muy felices.

—¿Estás muy cansado? —le preguntó al notar su cara.

—Algo —respondió recargando su cabeza en el hombro de la niña.

—Esperen —exclamó Hermione corriendo escaleras arriba. Harry y Annie se dieron una mirada extrañada. Segundos después su amiga bajó corriendo las escaleras, con la cámara en la mano.

—Sonrían —les dijo a ambos. Annie recargó su cabeza sobre la de Harry, sonriendo y Hermione les tomó la foto.

—Le sacaré una copia —dijo guardando la cámara. Annie siguió con su lectura, cuando llegó Neville respirando agitadamente.

—Harry, no sé quién lo hizo. Yo me lo encontré... —dijo desesperado. Harry se levantó de un salto, seguido de Annie. Abrió la puerta del dormitorio.

El contenido del baúl de Harry estaba esparcido por todas partes. Su capa estaba en el suelo, rasgada. Le habían levantado las sábanas y las mantas de la cama, y habían sacado el cajón de la mesita y el contenido estaba desparramado sobre el colchón.

Harry fue hacia la cama, pisando algunas páginas sueltas de Recorridos con los trols. No podía creer lo que había sucedido.

En el momento en que Annie y él hacían la cama, entraron Ron, Dean y Seamus. Dean gritó:

—¿Qué ha sucedido, Harry?

—No tengo ni idea —contestó. Ron examinaba la túnica de Harry. Habían dado la vuelta atodos los bolsillos.

—Alguien ha estado buscando algo —dijo Ron—. ¿Qué te falta?

Annie trataba de organizar todo, rejuntando lo que encontraba.
Harry empezó a tomar sus cosas y a dejarlas en el baúl. Hasta que hubo separado el último libro de Lockhart, no se dio cuenta de qué era lo quefaltaba.

—Se han llevado el diario de Ryddle —dijo a Ron en voz baja.

—¿Qué? —exclamaron Ron y Annie. Les hizo una seña y bajaron, para encontrarse con Hermione.

A Hermione la noticia la dejó aterrorizada.

—Pero... sólo puede haber sido alguien de Gryffindor. Nadie más conoce la contraseña.

—En efecto —confirmó Harry.

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Despertaron al día siguiente con un sol intenso y una brisa ligera y refrescante.

—¡Perfectas condiciones para jugar al quidditch! -dijo Wood emocionado a los de la mesa de Gryffindor, llevando los platos con los huevos revueltos—. ¡Harry, levanta el ánimo, necesitas un buen desayuno!

—Come un poco, anda —dijo Annie sobándole la espalda.

Salieron del Gran Comedor los cuatro, para acompañar a Harry hacia los vestuarios.

Harry dio un grito, y Ron, Annie y Hermione se separaron de él asustados.

—¡La voz! —dijo Harry, mirando a un lado—. Acabo de oírla de nuevo, ¿ustedes no?