Annie y la Cámara de los Secretos

18. Beautiful Words

 
 
PALABRAS HERMOSAS

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Durante las vacaciones de Semana Santa, los de segundo tuvieron algo nuevo en que pensar. Había llegado el momento de elegir optativas para el curso siguiente, decisión que al menos Hermione y Annie se tomaron muy en serio.

—Podría afectar a todo nuestro futuro —dijo Hermione a Harry y Ron, mientras repasaban minuciosamente la lista delas nuevas materias, señalándolas.

—Lo único que quiero es no tener Pociones —dijo Harry.

—Imposible —dijo Ron con tristeza—. Seguiremos con todas las materias que tenemos ahora. Si no, yo me libraría de Defensa Contra las Artes Oscuras.

—¡Pero si ésa es muy importante! —dijo Hermione, sorprendida.

—No tal como la imparte Lockhart —repuso Ron—. Lo único que me ha enseñado es que no hay que dejar sueltos a los duendecillos.

—¿Tú que dices, Annie? —preguntó Hermione. La castaña se mordió el labio, indecisa.

—No lo sé.. me llaman la atención todas, pero obviamente no las tomaré todas.. —murmuró pensativa.— además, mis padres no saben nada del mundo mágico..

—Tomaré todas —dijo Hermione apúntandolas.

—Yo tomaré.. Cuidado de Criaturas Mágicas.. —dijo Annie escribiendo— estoy entre adivinación y Runas Antiguas.. —murmuró dándose golpecitos en la barbilla.

—¡Toma Adivinación! ¡Conmigo! —dijo Harry.— D-digo —carraspeó al notar la mirada de Hermione y Ron— C-con nosotros...

Annie alzó una ceja divertida.

—No me tortures.. —suplicó Harry. Annie rió.

—De acuerdo... tomaré Adivinación.. será divertido —dijo encogiéndose de hombros.

—¡Sí! —gritó Harry, haciendo que todos voltearan a verlo y que sus amigos lo miraran burlonamente. El pelinegro se sonrojó.

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Pasaron las vacaciones de semana santa con deberes, pero aún así fueron relajantes. Harry estaba más que decidido a pedirle a Annie que fuera su novia. Así que pidiéndole ayuda a Hermione, que chillaba de emoción, idearon un plan.

Era un bonito día de marzo, para ser más exactos, sábado 25 de marzo.

Annie acababa de ducharse para bajar a desayunar.

—Buenos días —saludó Hermione. Repasó la vestimenta de Annie. De hecho, le gustaba como se vestía, simpre lucía linda, pero a la vez cómoda. Ya le pediría consejos algún día.

Como ese día era caluroso, Annie se había puesto un vestido azul cielo, con sus inseparables tenis blancos.

Hermione aprobó la vestimenta.

—¿Bajarás a desayunar? —preguntó tratando de lucir desinteresada.

—Si. Muero de hambre —dijo Annie dispuesta a bajar al gran comedor.

Al llegar, estaban Harry y Ron, repasando el plan en murmullos.

—Hola —saludó Annie alegremente, haciendo que los chicos se callaran abruptamente.

—¿Pasa algo? —preguntó dubitativa.

—N-no. Todo está bien. Buenos días —sonrió Harry nerviosamente.