Capítulo 12

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-¡Venga ya, siempre le toca a Amaia hacer los honores!- protesto entre risas.

-Jo lo siento, pero es que he ganado la manita diferente- se disculpa Amaia mientras introduce la llave en la cerradura.

-No Amaia, si ya sabemos que lo ganas todo menos Eurovisión.

-Enserio Roi , vete a la mierda- le fulmina con la mirada mientras empuja la puerta.

Qué rústico todo. El suelo y el techo de madera, el hall a la entrada y un mueble donde meter los zapatos a modo de bienvenida.

-Espero que os hayáis lavado los pies- añadió Ricky mientras se quitaba sus zapatos y los guardaba en un cajón del mueble.

-Qué asco de zapatos llevo- pensé, y quizás mañana fuera a por unos nuevos.

-Joder el salón es flipante -Dijo Ana de fondo.


Efectivamente. Un salón muy poco común, quizás porque en mi casa no cabría. En el centro, dos sofás, uno enfrente del otro, dejando en medio un gran hueco para el televisor de plasma, y a los lados, dos lámparas de pie de tonos marrones y dorados . En medio de los sofás marrones, una mesa baja para tomar café.
El resto de la casa era más de lo mismo, y las habitaciones tenían la misma decoración.
En cada una, una cama de matrimonio con un enredo rojo y cojines blancos, una alfombra de pelo blanca ocupando gran parte del suelo y dos mesitas de noche a cada lado de la cama que hacían juego con el armario situado enfrente de esta.
Todas seguían el mismo tamaño excepto  la última del pasillo, que era un poco más reducida por tener un gran ventanal con balcón.
Nada más llegar hicimos las parejas de las habitaciones, y Roi y yo elegimos la del balcón para salir a fumar.

-Bueno, nos duchamos y nos arreglamos y salimos para cenar, que hay un restaurante que no queda muy lejos a pie- ordenó Mireya.

Y así hicimos, todos los grifos de las bañeras de cada habitación abiertos a la vez, lo raro fue que no nos quedásemos sin agua caliente.

Aitana y Amaia se bañaron a la vez como era costumbre entre ellas,y al salir del baño con la toalla enrollada, la pamplinera se acercó a su maleta para coger un tampón.

-Tia Amaia, llevas la maleta llena de compresas y tampones, qué exagerada-Dijo Aitana asombrada al ver tantas cajas de compresas.

-Bueno, a mí por lo menos me baja la regla.

-Amaia para, no digas tonterías que es por el estrés- protestó la catalana.

-Ya claro, pues no se qué estrés se tiene en unas vacaciones,enserio, míratelo-añadió mientras la miraba con pena porque Aitana llevaba seis días de retraso y actuaba como si no le importase.

Más tarde todos estaban listos, y bajaron al salón para coger los abrigos.

-Pero Bueno, que son las ocho de la tarde,¿a qué hora cenan aquí?-Dijo Roi entre risas.

-Deja de protestar y vamos que como estos cenen a las seis sí que nos vamos a reír- A decir verdad a Miriam hoy iba muy guapa, unos vaqueros de tiro alto y un jersey dos tallas más grandes de lo que realmente necesitaba, pero iba muy guapa.

Antes de salir el móvil de Luís sonó, y acercó la mano al bolsillo trasero para descolgar la llamada.

-Hola, sí sí, soy yo, Luis Cepeda...... a sí sí claro, por supuesto,¿queda muy lejos?, vale de acuerdo, enseguida voy. Gracias, nos vemos- y colgó- Tíos que son los de Citröen, el coche ya está y está a quince minutos andando, id al restaurante y ahora voy.

-Cepi yo voy contigo y me traigo el otro-Dijo Ana-Oye Aitana, ¿te animas? Así vas practicando- preguntó con sus ojitos de cachorro, pero en los planes de Aitana, pasar tiempo con Luis no estaba incluido, y Alfred, al notarlo, salió a su ayuda.

-Ya voy yo, me apetece estrenarlo. ¿Te importa, Aitana?- preguntó Alfred.

-Para nada, ve con cuidado-añadió  Aitana mientras se colocaba bien el flequillo. Estaba nerviosa.

Ana y yo condujimos los dos coches que eran de cinco plazas, y Alfred, el de siete. El mío me recordaba a Butanito, qué recuerdos, aunque no solo por el coche, lo que pasó dentro merecía más la pena.

El restaurante era bonito, elegante, amplio, a simple vista parecía caro. Mis amigos ocupaban una mesa larguísima, y tres sillas vacías nos esperaban en la esquina, una perdiendo allá mesa, y las otras dos al lado de Marina y Thalía respectivamente.
Las ocupamos y pedimos.

La comida no fue nada de otro mundo, sopas y carnes ocuparon gran parte de la cuenta, mientras que los vinos eran los causantes de la subida de precio. Tras pagar, pasamos al bar del lado, que ostentaba ser una discoteca pero solo se servían copas mientras los clientes jugaban a las cartas o a los juegos de mesa de toda la vida.

Las copas iban subiendo, y deduje que nos iríamos más tarde de lo esperado cuando vi que ninguno estaba en condiciones de conducir.

Bueno, quizás esta noche yo sería la excepción, que no dejaba el agua ni a tiros, porque ya con el tabaco tengo bastante, y después me salen gallos al cantar.

Aitana llevaba toda la noche ausente porque apenas se percataba de que la estaba mirando, y no se había llevado las manos a la frente ni una sola vez para arreglarse el flequillo.

Serían casi las dos de la mañana cuando se levantó corriendo dirección a los baños, y Amaia iba tras ella, abandonando la partida de cartas en la que iba ganando.

Y yo, tan curioso como siempre, no pude evitar acercarme.

El baño de las chicas estaba vacío, y solo había una puerta entornada.

-Amaia, ¿estáis bien?

-Luis entra, Aitana está vomitando.

Qué raro, que yo sepa hoy no le dolía la barriga y tampoco la he visto beber.

-Eh Aitana, ya está- digo mientras le sujeto el pelo- ¿Quieres que te lleve a casa?.

-No, dijo cuando terminó de vomitar.

-Sí Aitana, te va a llevar, y Luis hazme un favor, pásate por una farmacia que abra las 24 horas  y compráis un predictor de embarazo.

Mi cara en estos momentos era un poema. ¿Enserio? Eso sería en lo último que pensaría al ver a Aiti vomitar, aunque claro, ahora todo tiene sentido.

-Vamos Aitana-digo mientras le abrochó el chaquetón hasta arriba, ella y sus manías de dejarse el abrigo a medio abrochar- la farmacia está a diez minutos de aquí.

El trayecto en coche no fue cómodo, y tampoco lo fue comprar el predictor y ver a Aitana llorar al entrar a casa.

-Es que yo no quiero Luis- Dijo con los ojos empapados de lágrimas.

-Oye ven aquí- añadió Luis mientras tiraba del brazo de la chica y la acurrucaba en sus brazos- todo va a ir bien, ya verás- y dejó un beso en su flequillo, como si eso la fuera a proteger de todo, mientras esperaban que el predictor diera el resultado.

Hola! Acabo de volver a entrar en Wattpad después de mil años y al leer el capítulo me he dado cuenta del montón de faltas que había, así que creo que ya está todo arreglado. perdón el retraso, hoy mismo actualizo nuevo capítulo

Gracias!


Por Última Vez-AitedaWhere stories live. Discover now