CAPITULO DOS.

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—Y escandalosa... —se unió otra voz, masculina.
Alcé mi cabeza y vi a un hombre... ¡Oh el del lenguaje vulgar que golpeé con la puerta de cristal!
—Ya lo creo.—respondió mi hermano con una gran sonrisa.
Estrecharon sus manos sonriendo. ¿Se conocen? ¿Cómo si el mismo me preguntó quién era? O puede que no lo haya visto bien.
—Cierto, ¿qué haces por aquí Dani? Yo te hacía aún en tierras Mexicanas.
—No, regresé hoy, tenia que ver a mi hermana Marcus. Que por cierto, no los presenté, Marcus ella es Thara, pequeña tonta él es Marcus.
Ambos sonreímos.
—Yo siento haber estrellado la puerta en tu frente.
—Descuida, ya.
—¿La estrelló en tu cara? —rió.
—¿Aún sigues atrayendo atención?
Desvíe mi mirada de los dos, eché para atrás mis gafas de nuevo, el chico que le estrellé la puerta se nos unió, tomé mi dona de chocolate dándole otra mordida, mi celular vibró, lo tomé y vi la notificación.
Brenda🌼
Tienes que venir a la fiesta que se hará mocosa, debes salir de casa, disfrutar pequeña, avisame.

No puedo Brenda, hoy vino mi hermano, pasaré tiempo con él, tal vez me lleve con papá a su trabajo, vamos a estar los tres el día de hoy, otro día tal vez.

Le di enviar, realmente quería salir de casa con mi mejor amiga que también es mi prima, pero, hoy vino mi hermano y quería pasar tiempo con él.
—Thara, ¿tienes tarea? Iremos con papá a su trabajo y después iremos por ahí en busca de algún lugar e ir a comer.
—Mhm, no, no tengo tarea.
Eché de nuevo mis gafas para atrás con mis nudillos, el viento de nuevo sopló contra mi cara, mi cabello con rulos y algo esponjado se hizo para atrás, Dani me tendió su sudadera color negro que llega un poco abajo de mis muslos, sólo un poco.
[...]
Habíamos dejado a Marcus en su casa para después ir al trabajo de papá.
—¡Esto es enorme!—exclamé llevando un chupetín a mi boca.
—Sobre dosis de azúcar andante, no cabe duda.
—¡Ey, si lo oí!
—Esa era la intención pequeña tonta.
Entramos al enorme edificio, fuimos a recepción, papá estaba ocupado, así que tendríamos que esperar.
—Dani, necesito ir al baño, ¿dónde está?
Me indicó donde estaban los baños, corrí.
—Ocupados, ocupados.
Crucé mis piernas y me movía como gusano en sal, al parecer el baño solo ocupa para dos.
El seguro de la puerta hacer clack me sobre saltó, la puerta se abrió dejando ver a un hombre alto, apuesto, muy bonito.
—¡Oh, con permiso! —exclamé empujándolo, luego reaccione... Baño de hombres. —Mhm.
—Que niña tan escandalosa... Baño de hombres, niña.
—Mhm, ya vi.
Sonrió, eché para atrás mis gafas y volví a cruzar las piernas. ¡Me orinaré!
—Si te sirve de ayuda, hay otros baños en la parte de arriba. —me escaneó, y de nuevo, otro hombre que se detiene en mis muslos.
—¡Gracias!—exclamé y salí corriendo de ahí.
Que hombre.
—Que niña tan escandalosa y eufórica...

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