CAPITULO NUEVE.

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¿Qué era éste sentimiento? ¿Amor. Gusto?
Sus labios moverse con los míos, que a comparación suya, yo era una inexperta, me hacían ponerme tan colorada, y lo sabía porque apesar del frío, mis mejillas ardían gracias al calor.
Lentamente se separó de mí, sus manos en mis mejillas. Él me besó.
—Mierda, Thara, dime qué eres mayor de edad.—suplicó.
—Tendre 18 en dos días.—sonreí.
—Aún eres menor y tu padre me demandará.—rió
Reí.—¿Por qué me besó?
—Thara, ¿Aún falta decirlo?
[...]
Las nubes se iba acoplando, se ponía distinguir que eran grises, llenas de agua que pronto caerían con una lluvia torrencial. Los vidrios se empañaron y en ellos dibujaba cosas tontas, cosas que ni yo misma sabía que eran.
—Te llevaré a casa.
—No...—murmuré.
—¿Qué?
—No quiero ir, papá se enojará mucho, no sabe que salí de casa, y no quiero ir, no me gusta estar en casa.
—¿Dónde está la Thara que yo conocí?
—¿Ehm?
—La ruidosa, escandalosa y eufórica  Thara, tan risueña.
—Necesito algo dulce, es todo.
No tenía ánimos para nada, sólo quería cosas dulces, muchos dulces, y el silencio me ponía los pelos de punta.
Michael tenía la vista enfrente, deteniéndose en un semáforo, su mano izquierda en el volante y la derecha bajó a mi muslo, me estremecí, mis nervios aumentaron, empezó a trazar círculos imaginarios, mi piel se erizó y al parecer lo notó que dejó de hacerlo, e incluso quitó su mano.
—Lo siento.
Tomé su mano derecha poniéndola en mi muslo de nuevo.
—Thara, no necesitas hacerlo se que puede ser algo...
—Descuide.—le sonreí.
[...]
Pequeñas gotas caían en mi y en Michael Wells, buscaba las llaves en el bolsillo de su pantalón, en mi cara de pronto, una sonrisa se dibujó al ver la desesperación de Michael al no encontrar sus llaves.
—¡Maldición!
—Mala palabra.
—Nos estamos mojando y tú ríes. No puede ser.
—La lluvia me gusta.
—Puedes enfermar, Thara.
—Mhm, mis defensas son altas, casi nunca enfermo.
Al encontrar sus llaves entramos, su casa era enorme y muy bonita.
—Woo, es muy bonita y grande.
—Thara, tu padre me matará.

CANDYWhere stories live. Discover now