CANDY

CAPITULO DIEZ.

—Mhm, es muy posible.—reí.
Caminé por la casa, admirando cada rincón en ella, era enorme su casa, mi boca formó una ligera 'O' y Michael habló.
—¿Quieres algo de comer o de beber?—preguntó.
—Mhm, quiero nutella.—sonreí.
—Quiero probarte.—dijo.
—¿Eh?
—Nada, ¿Sólo quieres eso?
—Quiero fresas.—sonreí.
—¿Comes muchas cosas dulces, Thara?—cuestionó mirándome.
—Si.
—Yo no soy dulce.—admitió, caminando hacia mí.
—¿Eso que tiene que ver?—pregunté inocentemente—No eres comestible.
—Pero tú sí.—sonrió, llegó hasta mí, se puso a mí altura y tomando mi mentón me acercó a él lentamente.
[...]
—No responde a mis llamadas.
—Ella no pudo simplemente salir de casa, algo pasó, algo pasó para que se fuera sólo así. ¿Llamaste a Brenda?
—Si, y no está con ella.
—¿Qué pasó?
—Discutimos respecto a Michael.
El chico rodó los ojos.
—Se que él es una persona detestable y egoísta, pero, has visto como trata a Thara, como la ve, has visto como ríe con ella y ella con él, es distinto con ella, y sé que lo odias pero...
—¿Ahora tú? No voy a ceder a que mi hija esté relacionada con ese imbécil. ¿Quedó claro, Daniel?
[...]
Me acercó a él lentamente, sus labios chocaron con los míos, y moviéndolos lentamente al principio, se formó un beso suave.
Sus manos fueron hasta mi cadera, me levantó llevándome hasta la barra de la cocina sentándome ahí. Se detuvo mirándome, y después empezó a besar mi cuello, los nervios se apoderaban de mí, se apoderaban de mi con esas acciones.
—Michael... Michael, detente, espera.—pedí.
Sus manos recorrieron mis senos por sobre la tela, los apretó, fue hasta mi trasero, llevaba una falda y sus manos se entrometieron entre mi piel y mi falda, bastó con eso para empujarlo.
—Lo siento...—murmuró—Por ésta razón no quería que estuvieras cerca de mí, Thara me prendes de una manera que no te imaginas, tengo ganas de probar tus labios hasta cansarme, de tocarte, de hacerte mía.
Esa confesión me sorprendió bastante, no entiendo.
—Yo...
—Déjame tocarte, déjame hacerte mía, sólo mía, déjame marcarte.