-CAPITULO 2 - 1 AGOSTO 09:00 a.m. ÁNGEL

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NO COMPARTO TU OPINIÓN, PERO DARÍA MI VIDA POR DEFENDER TU DERECHO A EXPRESARLA

VOLTAIRE


Este no era mi reflejo. No era el reflejo de un triunfador en los negocios que es feliz en su matrimonio y obtiene el respeto de la gente. Tenía un buen trabajo, sí, pero con todo lo acontecido con Tessa, me vi en la obligación de pedir unos días de vacaciones adelantadas para alejarme de esta relación tóxica y  devastadora.

Recibí un mensaje de Rafael mientras me duchaba diciendo que ya estaban de camino con el camión de mudanzas para ayudarme con mi traslado. No me iba demasiado lejos, pero al menos me apartaba a un pequeño pueblo en las afueras donde, esperaba, iba a encontrar un poco de paz. Encendí un cigarrillo y los esperé en el balcón, no me apetecía ni un poco quedarme en la que había sido nuestra sala de estar, mirando todos mis objetos empaquetados en cajas de cartón anunciando a gritos un fracaso estrepitoso en mi vida sentimental.

Los chicos no se hicieron esperar y, cuando el camión aparcó frente a mi casa, recorrí el pasillo para abrirles la puerta. Sentía la imperiosa necesidad de terminar con esto lo antes posible.

Travis fue el primero en entrar, era el más joven de los tres y el más centrado. Chocó su puño con el mío con cariño y dejo pasar a Rafael. Éste era el mayor y el más loco de nosotros. Cada uno teníamos nuestras vidas, pero en momentos de zozobra, una llamada de auxilio nos hacia uno.

- Gracias por venir chicos – sonreí con tristeza comenzando a cargar cajas.

- Para eso están los hermanos – La mano de Rafael se posó en mi hombro a modo de consuelo. – Venga vamos – dijo quitándose la cazadora de cuero que tanto le caracterizaba – fuera penas, tengo entendido que en el pueblo a dónde vas hay mucha soltera esperándonos – rió - ¿por dónde empezamos?

- Primero, por las cajas del salón y luego las de la habitación – afirmé rodando los ojos, segundo, no estoy yo para mucha soltera ahora mismo hermano, y tercero, ¿esperándonos?

- Se nos va a echar el día encima con la mudanza Ángel, no pretenderás que después del palizón que nos obligas a sufrir, volvamos de vuelta esta noche sin descansar.

Rafael había hablado y sentenciado su auto invitación por esa noche con Travis en mi casa recién comprada. Sonreí negando con la cabeza y me dispuse a comenzar a llenar esa caja de camión con lo que, una vez, perteneció a un Ángel que nunca más volvería a ser el mismo.

El camino a Luss, la pequeña aldea que cobija Argyll & Bute, se me hace especialmente largo. La tarde cae sobre nosotros cuando llenamos el camión, hice entrega de las llaves y cerré una puerta que no estaba dispuesto a volver a abrir. Los cálidos rayos del sol descendiente, acariciaban las colinas que circundaban la orilla oeste de Loch Lomond, dándome una acogedora bienvenida a la que sería mi nueva vida. Mis hermanos charlaban animados durante el trayecto, e intentaban hacerme partícipe de sus conversaciones hasta que el agotamiento mental pudo con mi cuerpo y me dejé caer en los brazos de Morfeo.

- Hey, Bella Durmiente – Rafael me lanzó una de las bolsas saliendo de mi letargo – bienvenido a tu nueva casa.

Tomé aire profundamente y me incorporé para salir por un lateral de la camioneta. Respiré el aire de aquel pueblo, olía a paz, serenidad y a la cortesía de sus gentes. Las fotos de la casa que había comprado no le hacían justicia. Era realmente bella y acogedora. Tenía dos plantas, una cerca blanca con jardín y un porche en la entrada con un banco en el que, seguro, mataría muchas horas en muchas noches. Las casas contiguas eran parecidas, todas tenían un encanto especial.

LUSS: EL LÍMITE DE LA VERDADWhere stories live. Discover now