CAPÍTULO 10 3 DE AGOSTO 16:02 p.m. GABRIEL

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LA SOLEDAD ES TRISTE... PERO NO MIENTE




Josh le pidió a su hermano que nos llevara a él y a mí a su casa tras las clases. Laura y Carlise también quisieron acompañarnos. Era un día extraño, todos en el instituto me miraban con compasión y me preguntaban si necesitaba algo. Ni siquiera el cretino de Logan había dado rienda suelta a su maldad para conmigo ni Josh. Aunque si he de reconocer que él hoy tampoco tuvo un día fácil, era como si todo el universo estuviera en su contra.

No acertó ni uno de los tiros a canasta en el campo, se cayó en la cafetería manchándose toda la ropa de puré de patatas y tiene una pequeña rojez en la punta de la nariz porque sin motivo, la puerta de su taquilla se encasquilló y le golpeó en medio de todos los alumnos. En otras circunstancias, me habría tirado al suelo de la risa, el karma no perdona a nadie, pero dada la situación, casi me dio hasta lástima. Digo casi, porque la realidad era que yo tenía la cabeza muy lejos de Logan Reese.

Los padres y las hermanas de mi amigo ya estaban de vuelta de la actuación y de la visita a los abuelos. Todos eran gente que querían estar conmigo en estos momentos. Kevin, el padre de Josh, estaba dando un baño a las pequeñas, nuestras compañeras de clase ayudaban a su madre a prepararles la merienda en la cocina a pocos metros de nosotros, y Josh intentaba darme conversación en la sala de estar para distraerme del holocausto que emergía a mi alrededor. Todos eran personas que nos apreciaban a mi madre y a mí, y con quienes me sentía cómodo... dadas las circunstancias.

Pero yo no apartaba mi atención del televisor, estaban a punto

de comenzar el segundo avance informativo, y no quería perderme ninguna novedad.

- Gab – unos lindos ojos marrones me miraban desde el pasillo con cariño – Harried dice que si queréis unos sándwiches.

- Yo si – se adelantó Josh con simpatía – mi madre les pone magia.

- ¿Gaby, y tú? – insistió.

- No Laura, gracias – volví la vista hacia las noticias... estaba a punto de empezar... estaba a punto de empezar...

Las pequeñas salieron correteando por el pasillo a medio vestir y con el pelo empapado. Sus risas y juegos llenaban de alegría la casa. Kevin apareció tras ellas con las toallas y los zapatos en la mano con el rostro agotado, aun así, se notaba que disfrutaba de su familia.

- Paola, Cynthia, venid aquí – las seguía mientras corrían alrededor del sofá donde Josh y yo estábamos sentados.

Henry bajó de su habitación, su notable pelo rojo estaba parcialmente escondido tras una gorra negra. Se sentó a nuestro lado mirando la escena con diversión. Habrá sido la palabra "sándwiches" la que la hizo despertar de su letargo.

Las chicas se reunieron con nosotros con dos grandes platos cubiertos de ricos emparedados, su olor a recién hecho se coló en mis fosas, pero mantenía el estómago cerrado por la tensión.

- Nenas, por favor, estad quietas y haced caso a papá – se quejó Harried al ver a su marido a punto de la rendición.

Las risas de las niñas sonaban mientras jugaban con su padre.

El teléfono de Henry sonó a mi lado haciéndole comenzar una conversación animada con una chica.

Laura y Carlise charlaban animadamente con Josh sobre los exámenes del instituto.

(Última hora, nos vamos a Luss – avisaba el presentador)

- ¡¡¡Callaos!!! – Grité subiendo el volumen del televisor.

El silencio se hizo de inmediato, un silencio obligado, tenso y verdaderamente difícil. Henry colgó su llamada, las hermanas pequeñas de éste se clavaron en el suelo, y el resto de las personas se acercaron a mí sin mediar palabra.

(Erin Marino, la joven desaparecida la pasada madrugada del día 1, sigue en paradero desconocido. El detective que investiga el caso, Sam Morrison, no ha querido hacer más declaraciones por el momento. Aun así, nos llega la reciente información de que varios grupos de voluntariado, van a reunirse esta tarde a las 18:00 p.m. en la plaza del pueblo, para concretar las pautas que se establecerán en la misión de búsqueda junto con los bomberos de la localidad. Varios vecinos de Luss, se han unido a este propósito, víctimas de la consternación que este hecho les ha provocado. Las colinas que rodean el Lago Lomond y el Parque Nacional The Trossachs, serán rastreadas a conciencia por el equipo de profesionales y los voluntarios del pueblo con el fin de que nuestra vecina, Erin Marino, aparezca sana y salva. Seguiremos informando cualquier última hora. Y ahora vamos con los deportes. El presidente de...)

Apagué la televisión y me giré hacia la familia y amigos que me acompañaban. Las niñas estaban vestidas y sentadas en el regazo de Kevin, y nadie había tocado un solo sándwich.

- Perdonadme – pronuncié con un nudo en la garganta – no quise gritaros. – Las caras de mis amigos miraban al suelo, Harried se acercó a mí y puso sus manos en mis hombros.

- ¿Quieres quedarte con nosotros hoy, cariño? Avisaremos a tu padre...

- Voy a unirme a esos voluntarios – afirmé con rotundidad haciendo que todos los presentes me miraran fijamente – voy a ir a buscar a mi madre.

Un pequeño silencio sacudió la sala, un silencio acogedor que fue interrumpido por la amigable voz de Henry.

- Y nosotros contigo.

Estiré los labios al ver alguna sonrisa triste en sus rostros y se lo agradecí con un movimiento de cabeza antes de tumbarme en el sillón.

. . .

Una suave, pero inconfundible caricia sobre mi pelo me alarmó. Era ella, lo sentí. Solo ella tocaba mis rizos así, era la mano de mi madre.

- ¡Mamá! – me desperté sobresaltado.

Los ojos de Harried, agachada a mi lado, me observaban con melancolía.

- No cariño, soy yo – dijo enseñándome la pantalla de su teléfono – ha llamado tu padre.

- Gracias – contesté incorporándome y volviendo a tocar mi pelo mientras acercaba el auricular a mi oreja – papá...

- Gabriel, ¿por qué no estás en casa?

Su voz sonaba ronca e irritada.

- Estoy con Josh – afirmé pesadamente.

- Eso ya lo sé, quiero que vengas inmediatamente, todo el pueblo se ha echado a las calles.

Miré la hora, 17:40 p.m. eso me recordaba algo y terminó de despertarme.

- Si papá, todo el pueblo menos tú – recriminé buscando mis zapatillas con la mirada y acercándolas a mí. Mis amigos aparecían en el salón en ese momento – voy a unirme a ese voluntariado, y me da igual las represalias que tomes conmigo, voy a buscar a mi madre con el resto.

- ¡Deja de hacer el ridículo, Gabriel De Luca! – se enfadó por mis palabras - ¡Se ha largado y no quiere que la encontremos!

Pero yo utilicé un tono más calmado, frío como él, antes de cortarle la llamada.

- Si es así... quizás deberíamos preguntarnos por qué.




EN 3...2...1...

GRACIAS GRACIAS GRACIAS A LOS QUE ESTÁIS ACOMPAÑÁNDOME EN ESTA AVENTURA.

"UN GUIÑO DE ÁNGEL" PARA TODOS Y TODAS

BESIS CARIÑOSIS

MARGA

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LUSS: EL LÍMITE DE LA VERDADWhere stories live. Discover now