Capítulo 3

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No había sentido nunca la urgencia de ser madre, pero siempre le había parecido que era algo que sucedería naturalmente en algún momento de su vida. Sin la posibilidad de ser madre, se habría sentido frustrada. Tal vez fuera una respuesta subconsciente a su infancia como niña no deseada, pero, en cuanto supo que estaba embarazada, su instinto de protección se disparó. Aunque no hubiera sido buscado, ese bebé sí que iba ser deseado, querido y cuidado.

A pesar de todas sus frustraciones como hija, como diseñadora, incluso en la elección del hombre con el que compartir su vida, no pensaba fracasar como madre. Estaba resuelta a hacerlo mejor que nadie.

-Si el dinero no es ningún problema para ese Christopher tuyo, debe de ser que tiene un buen trabajo -dejó caer Rhonda, a la que, evidentemente, le interesaban mucho los aspectos económicos.

-Tiene un negocio propio, que le va bien -explicó _____.

-¿Y qué hace? -saltó Kim.

Con un suspiro, ______ cedió a la curiosidad de ambas.

-Restaura antigüedades. Y también hace algunas piezas de encargo. Es un artesano excelente.

Un perfeccionista añadió para sí. Igual que ella con sus trajes. A los dos les gustaba mucho hacer cosas bellas, y entendían perfectamente la pasión del otro. Era una de las cosas que habían hecho tan fuerte y tan placentera su relación. Le habría gustado poder creer inmediatamente en la conversión de Christopher. Estaba dispuesta a arriesgarse y darle una oportunidad. Es decir, si perseveraba claro. Las rosas eran un recuerdo de la sensualidad de Christopher , y _______ no pudo evitar evocar con desasosiego la maravillosa intimidad que habían compartido. Ahí Mariana tenía razón. Por las noches era cuando se sentía la soledad.

-Dale tiempo para que se haga a la idea de que es padre -recomendó Kim-. ¿Se le parece Charlotte?

-No especialmente.

Y miró a su hija. Tenía el pelo rubio con reflejos castaños. Aunque el de Christopher era ahora castaño, se veía que debía de haber sido rubio de pequeño. Ella, según su madre, había nacido con la cabeza llena de pelo negro, así que, Charlotte no había salido a ella en eso. Pero ______ estaba segura de que Christopher no había prestado la menor atención a los rasgos de Charlotte. No era más que «la cría» para él.

-Bueno, se le parezca o no, los bebés acaban por engatusar a sus papás -declaró Rhonda, que no debía de ser capaz de imaginarse ninguna otra posibilidad-. No te pediría que te casaras con él si no quisiera a la niña.

Desde luego, a propuesta de matrimonio había sido una verdadera sorpresa. ______ se lo explicaba como una respuesta condicionada socialmente a la situación. Movido por la culpa, Christopher quería ahora «reparar» su falta, pero en cuanto pasara cierto tiempo y recapacitase, se arrepentiría de ese impulso.

-No creo que eso dure -contestó ______, mirando a las valedoras de Christopher con intención de hacerlas callar.

-Bueno -dijo Rhonda, que tenía que tener la última palabra-, si él está en buena situación, siempre podéis pagar a una niñera, para que no sea tan pesado criar al bebé.

Cómo no. Una niñera. Eso sería sin duda la solución ideal para Christopher. No tendría así que «sufrir» a Charlotte. Pero ya se encargaría ella de dejarle claro que era sencillamente imposible separarla de su hija para reconstruir una relación de pareja en la que el uno estaba dedicado en exclusiva al otro.

Charlotte tenía hipo, así que ______ la incorporó y le pasó suavemente la mano por la espalda, para que echara el aire. Ninguna niñera podía ocuparse de su hija como ella lo hacía. Y más le valía a Christopher que se diera cuenta cuanto antes de cómo veía ella la maternidad, y, de paso, la paternidad, si de verdad pretendía casarse. Era un lote familiar, o no había trato.

Papá por sorpresa// Christopher Vélez y TN//Where stories live. Discover now