➻ Stephen James

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Who do you love.

Presioné mis labios conforme contaba su historia, no sé en qué mierda estaba pensando Noah, ¿Qué Maia iba a pasar de alto su engaño?

"—Ni Valentine, ni tú respondieron mis llamadas, quería contarles sobre Noah".

Reprochó, tomé el celular y comencé a ver los mensajes y llamadas que me había hecho, quise sonreír cuándo mencionó a su amiga, si supiera lo que estuvimos haciendo.

—Me sorprende que Val no te haya respondido, digo, se la pasa pegada al celular.

Mencioné cuándo giró su cuerpo y quedó frente a mí. Veía que sus labios se movían pero lo que decía era un poco aburrido, digo, puede volver con él y vengarse de la peor manera, pero no, la señorita "correcta" solo quería ponerse más buena y captar la atención de los hombres. Digo, a veces era un poco ingenua al creer que era fea o poco agraciada, si supiera cuantos de mis conocidos mueren por una oportunidad con ella.

—Te diría que le dieras en donde más le duele, pero sé que no lo harás, así que me haré cargo de eso mientras te concentras en superarlo.

Sinceramente, no creo que sea difícil superar a ese futbolista de cuarta, pero conozco a la morena y aunque se haga la fuerte sé que le duele su traición y los cuatro años que le dedicó.

—Sabes, yo creo que se dará cuenta de lo que perdió.

Me encogi de hombros restándole importancia.

[...]

Me dediqué a observar las fotografías que tenía en su galería, en algunas donde salía las enviaba a nuestro chat. Tengo un buen perfil, digo, todos los Hendrick somos fotogenicos.

—Umh..

Musité apagando su celular para prestar atención a su pequeño interrogatorio. Siendo sinceros, no quería hablar de ese tema porqué no tenía novia, nunca he tenido una. Lo único cierto es que no ha llegado la mujer que merezca tener esa etiqueta conmigo. Soy partidario de las relaciones libres, sin compromisos ni nada que te ate a la otra persona. Pero Maia no sabía eso, así que opté por seguirle la corriente.

—¿Te refieres a la pequeña Ana?, creo qué le pediré matrimonio.

Me burlé con una sonrisa rodeando su cintura cuándo se recargo por segunda ocasión, pero escuché su última pregunta y todo rastro de felicidad se borró.

—¿Qué quieres que te diga? sabes lo necesario, mis padres murieron hace meses, estoy con Ana y el trabajo me está consumiendo.

Escupí grosero aferrando mis brazos en la anatomía de la morena. Todo se había complicado desde su muerte, tenía que hacerme cargo de los negocios e ir a la universidad todos los sábados por lo que restaba de la carrera. Había días en los que nadie soportaba mi temperamento y parecía el mismísimo infierno desquitándome con el que se cruzara en mi camino. Todo, absolutamente todo se volvía un caos.

—Perdón, tengo mucho estrés, necesito relajarme, ya sabes... ir a la playa o de campamento.

Aflojé el agarre haciéndola a un lado y me puse de pie fijando mi mirada en sus orbes aceitunados.
Había planeado un viaje a las cabañas con Agustín, pero su queridisíma novia Sierra tenía planes de presentarlo con su familia, a veces detestaba lo mandilon que solía ser Agus. Así que invitar a Maia no me parecía una mala idea.

—¿Te gustaría ir a acampar?

Pregunté elevando mis cejas con doble intención. Me divertía la forma en cómo reaccionaba cuándo le decía indirectas.

#wattys2019 ﴾♡ one shootʼs﴿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora