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-Es rara -murmuré- ¿Sabes dónde vivía antes?
-No, pero puedo saber -rió echando una lechuga gigante a su boca- Todo por ti, amor.
-Sé que no lo harás tu, tú sólo llamarás y lo averiguarán por ti -Harry hizo una mueca y vio la hora en su reloj por quinta vez en el almuerzo.
-Arruinas todo.
-¿Estás apurado? Odio comer contigo cuando miras la hora a cada segundo -Harry abrió la boca para hablar pero no dijo nada- Vamos, no tengo hambre.
-Espera, espera -tomó mi brazo y lo miré mal... muy mal.
-Siempre es lo mismo -bufé- Sabes que no tengo problema con almorzar en la oficina, no es necesario venir si tu no puedes.
-Pero si puedo -rió- Vamos, ven y siéntate -negué y tomé mi bolso de la silla.
-Voy a buscar a Alice y Theo a la escuela -dije y caminé hacia la salida del restaurante. Esto, es un típico almuerzo entre Harry y yo.
-Amor -susurró tomando mi brazo- ¿Cuál es tu problema? Sólo estaba viendo la hora para asegurarme de ir por los niños a tiempo.
Oh.
-Pero no siempre es por eso ¿No podemos estar juntos? ¿Ni si quiera comer algo?
-Siempre estamos juntos -besó labios cortamente y tomó mi mano- Vamos.
El camino hacia la escuela de Alice y Theo fue silencioso aunque nuestras manos estaban entrelazadas sobre mi pierna. No me gusta discutir con Harry, lo odio (aunque siempre soy yo la que comienzo la pelea).
-_____.
-¿Qué? -pregunté rápidamente.
-¿Tenemos tiempo para ir a algún hotel? -susurró. ¿Un hotel?
-¿Para qué quieres ir a un hotel? -pregunté confundida.
-¿Cuanto tiempo falta ahora para que salgan de clases? -miré la hora que estaba en el auto.
-Falta una hora -murmuré.
-Genial -dijo y giró el volante haciendo que entraramos a un tipo de estacionamiento subterraneo, como el centro comercial... pero esto no es un centro comercial.
-¿Qué quieres hacer en un hotel? -pregunté. Harry rió y buscó un estacionamiento disponible.
Cuando lo encontró dejó el auto allí y se bajó, me hizo una señal para que me bajara yo también. Y lo hice.
-¿Estás lista? -tomó mi mano y caminamos juntos hasta el elevador.
-¿Para qué? -pregunté exaltada. Harry volvió a reír y marco la primera planta en los números.
Volvió a caminar muy rápido hasta la recepción y se registró en la habitación 394. ¡Una habitación! Le encanta gastar dinero.
-Vamos -sonrió besando mis labios y fuimos hacia el elevador otra vez, hasta el piso 15. Mierda.
-¿Qué pasa, Harry? -pregunté poniendo mi mano en su pecho rápidamente. Besó mis labios con desesperación y posicionó sus manos en mi trasero haciendo que quedará pegada a él.
-Vamos -volvió a tomar mi mano y corrió hacia un lado del hotel buscando la habitación.
Y la encontró.
-¿Harry? -pregunté nerviosa. No respondió y abrió la puerta con unas llaves que le habían entregado en la recepción.
-Sácate la ropa, tenemos 20 minutos -susurró cerrando la puerta y lanzándose a mis labios.