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✿°̥࿐❛Puedo salir contigo, podemos matar el tiempo, quédate en casa; lanza los globos, ositos de peluche y los pasteles de chocolate lejos. No tengo nada más que amor para tí, me enamoro más cada día. San Valentín❜
Te revolcaste en la cama para abrazar a Shawn, pero te decepcionaste cuando te encontraste con una almohada fría y vacía, abriste un ojo y miraste alrededor de la habitación, él no estaba en ningún lugar a la vista.
Suspirando te levantaste, pensando que tendría que ensayar hoy, ya que el tour cada vez se acerca más por lo que pasarías el día de San Valentín sola, siendo así, te vestiste y bajaste a desayunar, para tu sopresa en la mesa había un gran chocolate en forma de labio con dos globos de corazón atados a él y una nota que decía:
"Hola dulzura, me levanté temprano sólo para ir ensayar un rato con los chicos, te prometo que estaré en casa al mediodía, y tendremos el resto del día para nosotros. Así que este es tu beso oficial de buenos días, te hice panqueques con fruta para desayunar.
¡Te amo! XOXO.
━Shawnito."
Provocó en tí una sonrisa el hecho de que Shawn se haya levanado temprano para poder pasar el resto del día contigo, él es simplemente perfecto.
Comiste el delicioso desayuno que el castaño preparó, decidiste esperarle antes de abrir el chocolate para poder compartirlo con él, así que para pasar el rato tomaste un baño y te preparaste para el regalo hacía Shawn.
Treinta minutos después, saliste de la ducha para luego ponerte el nuevo conjunto que compraste para este día, era un sujetador rojo, bragas y corsé a juego con encaje negro y cintas negras. Luego te deslizaste sobre un vestido negro en el que te veías increíble, ya que acentuaba cada parte de tu cuerpo que querías que luciera. Oíste cómo se abría y se cerraba la puerta principal para que supieras que Shawn acababa de llegar a casa, bajaste corriendo a recibirlo, con sus fuertes brazos alrededor de tu cintura giró sobre su eje soltando unas pequeñas risitas.
—Feliz bebé del Día de San Valentín, bebé.
Ambos dijeron al unísono, se rieron un poco concluyendo en un beso. El castaño se alejó abrazándote a la distancia.
—Maldición amor, luces tan sensual. —Dijo, notaste que sus pupilas se dilataban, y luego frunció el ceño mirando detrás de ti a la mesa de la cocina. —¿No te gustó mi beso oficial de buenos días?—Cuestionó con una mueca.
—¿Qué? ¡No! Quiero decir, por supuesto que me encantó, sólo quería esperar para poder compartirlo. —Respondiste.
—Debes saber que te compré chocolate por una razón. —Sonrió con malicia.
Rodaste los ojos con diversión. — Ahora ve a ducharte y prepárate, vamos a pasar todos nuestros San Valentín fuera de casa.— Jugaste con el cuello de su chaqueta de mezclilla, la cual cabe mencionar le quedaba estupenda.
