capítulo seis

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- Dios santo, dos años estudiando en este colegio y todavía no sé en dónde queda enfermería. -se quejó Yukhei.

O tenía una mente a corto plazo o simplemente era muy distraído como para recordar que enfermería quedaba muy al fondo en el primer piso.

Yukhei observó con cuidado cada detalle de la enfermería, no era tan grande pero sí amplia como para jugar a las escondidas, de hecho, algunos de sus amigos le contaron que la sala de enfermería era un buen lugar para no ser encontrado cuando jugabas dicho juego, pero que de cierta forma te hacía sentir incómodo pues al estar al fondo era muy difícil el percibir sonidos exteriores.

Suspiró ya decidido a irse porque, al parecer, Jungwoo no se encontraba en dicha sala, capaz y ya estaba retomando clases y él continuaba buscándolo como estúpido entre todas las camillas.

Pero cuando estuvo a punto de hacerlo, escuchó una risa en el fondo, casi en la última fila de las camillas.

Esa risa.

Tan solo un lindo chico de cabellos naranja haría ese precioso sonido.

Gracias a la luz del día, la silueta de un Jungwoo sentado en la camilla se dibujó en una de las tantas cortinas, dándose cuenta de que se encontraba en la penúltima camilla de la última fila.

¡Hasta que por fin lo encontró!

Muy sonriente, caminó hasta dicha fila para poder apartar la cortina con cuidado, no queriendo asustar al menor chico, llevándose con la sorpresa de que había alguien más acompañándolo.

- ¡Yukhei! - saludó Yuta con esa sonrisa de oreja a oreja.

Y los ojos de Jungwoo volvieron a brillar, pero no fue por la presencia del hongkones.

A penas lo miró, Jungwoo se quedó intacto, moviendo solo su mano de un lado a otro, por alguna razón sintiéndose incómodo de que Yukhei estuviera ahí. Pero Yukhei estuvo más que satisfecho por eso, regalándole una sonrisa a Yuta y una más amplia todavía a Jungwoo.

Entendía que tal vez se encontraba preocupado y que por eso fue a buscarlo hasta enfermería para saber cómo estaba, pero los sentimientos de Yukhei eran claros y Jungwoo no quería que éste siguiera confundiéndose.

- ¡Yuta! ¿También viniste a acompañar a Jungwoo?

- En realidad no, pero terminamos hablando de muchas cosas ¿no, Jungwoo?

- Sí, hablamos de muchas cosas. Yuta es muy encantador y divertido.

Y fue allí cuando Yukhei cambió su facción de animada a una algo confundida.

"Tal vez interrumpí algo..." pensó el de ojos grandes.

- ¿Y cómo te encuentras ahora? -cuestionó Yukhei.

- Mucho mejor, después de una amplia charla... Muchísimo mejor. -respondió Jungwoo con media sonrisa, primero mirando al japones y después acabar en el hongkones.

Esa respuesta no le vino bien a Yukhei, definitivamente sintió que sobraba.

Jungwoo se arrepintió al darse cuenta que en la mirada de Yukhei no se apreciaba ese brillo con el que siempre lo miraba, ahora éste lo evitaba a todo dar.

Yuta los miró a ambos y golpeó sus propios muslos, intentando sacar del trance a ambos.

- Bueno, Jungwoo, me alegra de que ya te encuentres mejor -habló Yukhei dando unos cuántos pasos hacia atrás-. Si necesitas ponerte al día con alguna clase, avisame, o también avisale a Yuta que estaremos dispuestos a ayudarte.

Al parecer alguien estaba celoso y finalmente Jungwoo pudo captar cada señal que le transmitió el hongkones, por primera vez en su vida fue capaz de entender dichas indirectas y dichas miraditas.

- Si deseas puedes llevarte algunos de mis cuadernos y pedirle otros a Yukhei, tú solo avisanos para que puedas ponerte al día. -el tono de Yuta era más que sincero.

Jungwoo sintió que Yuta se hacía el loco mientras que Yukhei estaba allí, para después despedirse y salir caminando como si nada hubiese pasado.

No le gustaba la idea de que Yukhei estuviese molesto con él pero ya estaba hecho ¿Qué más podía hacer?

Lo hubiera hablado, era lo más factible que podía hacer, o hubiera actuado natural sin darle preferencia a uno, pero prefirió hacer sentir mal al otro muchacho que fue preocupado a saber como estaba por la caída.


Yukhei se sintió dolido, estaba más que claro.








. . .














Dió la hora del recreo y Yukhei se encontraba pasando su tarjeta por aquella máquina, revisando su asistencia.
Dio luz verde y pasó rápidamente, una bandeja con arroz, trozos de pollo, papas, algunas frutas y bebida energética lo esperaban.
Con su bandeja en mano buscó una mesa, no había rastro de su grupito de amigos por lo que decidió juntarse con otros.

Un chico con gorro y deliciosos hoyuelos apareció al frente, sonriendole.

- ¡Yukhei! - saludó Johnny, casi gritándole.

- Hola, Johnny.

Gracias a Johnny, Yukhei fue a dar a la mesa con los demás chicos, no conocía a todos pero le resultaron raramente agradables. Se sintió cómodo en verdad, pero seguía preocupado por si verdaderamente Jungwoo estaba bien, aunque después de haberlo conversado le había quedado claro que dichosa "charla" con el japonés le había curado todos sus males.

"Que sigan charlando entonces, si tan bien le hizo, hasta la caída le curó..."

♡♡

Días. #YUWOOWhere stories live. Discover now