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ృ ꒰❝Avísame si me elijes, esta es tu decisión; si me equivoco, intentaré algo nuevo. No mires a lo lejos porque yo me quedare aquí; si esto es un juego, entonces voy a jugar.❞꒱ ృ
Ojalá hubiera escuchado cuando Shawn me decía que no dormía. Ojalá lo hubiera tomado más en serio.
A la mañana siguiente, me encontré con los mandos de Chloe una vez más. Me dijo que saliera a recoger el correo, a lo cual le agradecí demasiado, ya que significaba pasar menos tiempo con ella y más tiempo fuera (aunque fuera por un segundo).
En el momento en que salí de la casa, vi al niño de pelo castaño rizado y ojos mieles al otro lado de la calle. Tuvo que inclinarse un poco hacia adelante para mirar dentro del buzón, lo que me hizo reírme por su incómoda postura.
—Buenos días, Shawn. —Sonreí y saludé con la mano.
Su mirada se elevó y su frente golpeó suavemente contra el capó de la caja. Vi como una de sus mano se levantó para calmar el dolor, esta vez con una vista completa de su torso sin camisa.
—Buenos días, cariño.— El nombre de la mascota salió tan suavemente de su lengua que me costó mucho no sonrojarme. —¿Dormiste bien?
—Lo hice, gracias.— Dije tímidamente, abriendo mi propio buzón para sacar las cartas. —¿Tú lo hiciste?
—Claro, supongo— respondió, pero sabía que mentía. Sus ojos se encontraban hundidos en bolsas muy prominentes debajo de estos, acompañadas por la visión de sus orbes de color marrón claro, ligeramente enrojecidos e irritados.
A pesar de todo eso, sin embargo, Shawn se las arregló para mantener el peinado perfecto en su cabello. Y se veía bien, si no fuera por la voz ronca de la mañana y el cabello revuelto, nunca hubiera adivinado que había perdido el sueño.
Parecía un zombie, si los zombies sabían cómo quitarse la camisa y usar productos de estilismo, por supuesto.
—¿Tienes planes esta noche?— es lo que preguntó, apoyado en la valla que separaba su césped delantero del de Calum.
Me mordí el labio, a tientas con el borde de los papeles en la mano. —No lo creo.— Murmuré.
—Bueno, por si acaso no los tienes, voy a estar reproduciendo las repeticiones de Cartoon Network en mi TV toda la noche. —se rió. —Me encantaría tener compañía.
—¡Me encantan los dibujos animados!— Dije, sonando un poco más entusiasta e infantil de lo que me hubiese gustado.
Pero no creo que a Shawn le haya importado tanto, porque sonrió. —Lo sé.
