—Estoy buscando el control remoto.— responde Shawn, resoplando mientras extiende su brazo sobre la parte trasera del sofá.
Ashley está sentada en el sillón junto a nosotros, sus largas piernas colgando sobre el borde y completando su estatura al revés.
—Sabes, cuando le pedí a Sophie que viniera, no pensé que también vendría su mejor amiga.
—Somos un paquete. Si quieres a una de nosotras, tienes a la otra, sin excepciones.
—Ahora lo entiendo.— Shawn emite un suspiro , extendiendo la mano para darle el control remoto. —¿Pero realmente tenías que traer a él contigo?
En el otro lado de la habitación, sus ojos están fijados en la icónica película Mean Girls que se proyecta en la televisión mientras que su mano mete y saca interminables cantidades de palomitas de maíz para así meterlas en su boca, es Michael Clifford.
—Uhm, sí ella lo hizo. No voy a dejar a mi novia sola en una casa con un tipo que no conozco.— tranquilamente responde. —Viejo, tomaste prestada mi ropa interior la otra semana.
—Y ahora sé por qué mi madre me dijo que nunca aceptara cosas de extraños.— dice Michael, girándose hacia él. —Y cálmate, hermano. No estaremos aquí por mucho tiempo.
—¿No lo estarán?— Pregunto, porque a pesar de lo mucho que amo a Ashley y a Michael, realmente estaba deseando pasar la noche con Shawn y nadie más que Shawn.
En un movimiento de negación, Michael mueve la cabeza. —No. Tenemos una reservación para cenar a las ocho.
—Eso es lindo.— sonrío. —¿Adónde irán?
Ashley pone los ojos en blanco. —No es una reservación para cenar. Es un autoservicio en McDonalds.
No puedo evitar reír así como también echo un vistazo a Shawn para notar que también tiene una expresión divertida en su cara a pesar de la evidente mirada de irritación en sus ojos.
—¡Se suponía que no debías decirles eso!— un quejido sale de Michael. —Ahora no sueno romántico.
—No sonaste romántico desde un inicio, gran tonto.— Ashley se ríe un poco, tocándole la mejilla de una manera juguetona. —Pero está bien. Te quiero de todas formas.
