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ృ ꒰❝Ellos siempre quieren venir, pero nunca se quieren marchar...❞꒱ృ
Shawn me encontró desnuda el otro día. Y no sé qué es peor, el hecho de que usara una manta de Hello Kitty para ocular mi ya notoria desnudez, o que él me observara por bastante tiempo hasta el punto en que sus ojos no conseguían apartar la mirada a mi cuerpo.
—Su miembro probablemente se puso demasiado duro, también. —Calum se rió una vez que se lo dije, ganándose un choque de manos de Michael pero por mi parte un golpe en el brazo y un gemido de indignación. Me avergoncé, me humillé y todo lo demás que acostumbro hacer.
—No seas grosero.—Lo reprendió Ashton, mientras señalaba el plato de verduras de Calum y su mano agitaba una espátula. —Y come tus verduras. Tú también, Clifford.
Michael gimió. —Eres como un papi, Irwin.
—¿Qué? No me llames así.— Ashton se estremeció. —Ashley y Tumblr arruinaron esa palabra para mí.
—¿Por qué, papi?— Calum insistió con su broma hasta el punto de ponerse histérico al percatarse de la mueca en la cara del chico. —¿Te enciende?
—¿Te pone la polla tan dura como la de Shawn?— Michel intervino con otra broma de mal gusto, a lconsideré oportuno salir de la habitación.
Ashton simplemente señaló a ambos con la punta del utensilio de cocina, a la vez que una mirada de advertencia en su cara comenzaba a formarse.
—Silencio, ustedes dos. Y no vuelvas a llamarme papi nunca más. —Una mueca de repugnancia se extendió por sus labios. —Me he tomado unas cervezas con tu padre, Calum. Es un buen hombre.
Ya ni siquiera sé qué hacer. Pronto me di cuenta de que era imposible para mí evitar a Shawn por el resto de mi vida, así que he tenido mucho cuidado con lo que digo y cómo lo hago. Especialmente cuando él está cerca.
Fue a la guardería el otro día para dejar los crayones de Corey y ni siquiera pude mirarlo a los ojos. Creo que piensa que estoy loca, pero sinceramente, me encuentro demasiado ocupada ahogándome en la humillación como para considerar el enojo una opción.
—Sabes que no puedes evitarlo para siempre.— Ashley puso los ojos en blanco. Tenía a un niño aferrado a su pierna y a otro tirando de su brazo. Se veía miserable, pero al menos no se enfrentaba a la culpa de ver al sobrino de su crush potencial todos los días. —Vives justo enfrente de él.
Eso era cierto. Y tampoco ayudaba el hecho que la Navidad estaba a sólo cuatro días de distancia y ya le había comprado un regalo a Shawn. No iba a dejarlo en su puerta para que lo encontrara por la mañana, así que aparté todos los pensamientos de cordura con los que contaba y tomé la decisión de no dejar que las cosas subieran más allá de la fase de lo incómodo.
