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ృ ꒰❝Quiero beber los besos de tu boca, como si fueran gotas de rocío; y ahí en el aire dibujar tu nombre junto con el mío.❞꒱ ృ
Hay una fracción de segundo en la que considero empujar a Shawn lejos de mí, salir corriendo de la habitación, bajar las escaleras y fugarme por la puerta principal. Pero el pensamiento desaparece casi inmediatamente, porque la forma en que me mira me cautiva, resultando difícil el resistir.
Apoya su frente contra la mía, puedo sentir el calor que emite su cálido aliento en mi cara. Él traga espesamente, antes de lamerse los labios y fijar las miradas de nuestros ojos.
—No tienes idea de lo que me haces, ¿verdad? —Me quedo en silencio, sellando así mis propios labios. Soy consciente de que puedo fácilmente apartarlo con mis propias manos y salir de la habitación, pero en cambio, por voluntad propia, decido no hacer ningún movimiento. —No sabes lo que me hace cada vez que caminas con tus shorts y faldas diminutas.— susurra, algo dolorido. —Cuando te muerdes los labios y te burlas de mí, ¿y sabes que es lo peor? Qué ni siquiera lo haces conscientemente.
—Yo-yo— Tartamudeo, realmente sin encontrar las palabras que decir.
Sin previo aviso, Shawn se inclina, sus labios se encuentran a una distancia ridículamente corta de tocar los míos. Me resisto a la tentación de levantar la cara un centímetro más y así destruir el poco espacio que nos separa.
Me mira fijamente, previo a qué yo le devolviera la mirada, me encuentro con los ojos cerrados, antes de abrirlos de nuevo al oírle decir su siguiente comentario.
—Realmente quiero besarte ahora mismo, Sophie.
El castaño se encontraba ejerciendo una mirada fija a mis labios con ojos cálidos de por medio, y es justo decir que el miedo no era un sentimiento que me dominara para admitir que me encontraba haciendo lo mismo con los suyos.
No sé lo que pasaba por mi mente, pero de lo que si estoy segura es que me encuentro en mi estado de ánimo correcto. Incluso cuando muevo mis brazos, los pongo alrededor de su cuello e inclino mi cabeza a un lado, segura de mis próximas palabras.
—Entonces, ¿por qué no lo haces?
Y sucede en un instante. Una hermosa sonrisa se extiende a través de la elevación de las esquinas de sus labios, con sus labios brillantes y un suave color rosa en contrastel blanquecino propio de su dentadura. Lo acerco a mí, sintiéndome impaciente e inquieta. Lo último que oigo es una risita baja que se le escapa de la boca, antes de que nuestros labios finalmente se encuentren, y el mundo a mi alrededor se detenga.
Siento a Shawn sonreírme, mientras permanecemos ambos con los ojos cerrados. Su agarre en mis muñecas se aflojan, para luego sus manos entrelazarse con las mías y así proporcionar un suave apretón.
