01 - Hola, Noah.

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NOAH

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NOAH

—Papá, no puedo cuidar una chica más, solo tengo diecinueve años y parezco un anciano de setenta —me quejo con mi padre después de escuchar que la hija de no sé quién va a venir a vivir a mi casa.

Soy el mayor de cuatro hermanos, y me hago responsable de ellos durante los viajes de mi padre, lo que significa más o menos durante trecientos cincuenta días al año, si corremos con la suerte de que algún fin de semana al mes haga su acto de presencia en esta casa.

Desde que mi mamá murió hace cuatro años, mis hermanos y yo nos hemos visto obligados a resolvernos por nuestra propia cuenta.

Al principio teníamos niñeras, pero en cuanto cumplí dieciocho años mi padre prefirió que yo me haga cargo de todo.

He tenido que aprender a lidiar con mis hermanos y sus dramas hace un año y medio, Matteo es el más complicado de los tres y aunque ya tiene diecisiete años nunca deja de meterse en problemas. Dante y Olivia, los mellizos, tienen quince años y están en la etapa más intensa de rebeldía, sobre todo Olivia que pasa el día entero enojada con el mundo.

Mis responsabilidades se basan en asegurarme de que vayan al colegio, no se metan en problemas y administrar el dinero.

Lo último es lo menos difícil, el dinero nunca ha sido un problema para nosotros. Mi padre es diplomático, viaja por el mundo atendiendo asuntos del gobierno y no importa en qué lugar del mundo esté, cada mes deposita una suculenta cantidad de dinero en mi cuenta que yo utilizo para nuestros gastos.

No vivo con pesar encargarme de mis hermanos, pero consume gran cantidad de mi tiempo. Por lo tanto, cuando me enteré de que mi padre había ofrecido nuestra casa para que la hija de alguien viviera con nosotros me molesté bastante.

—No te estoy preguntando si estás de acuerdo, Noah, es una decisión tomada. —Suspiro en señal de resignación, obviamente no tiene ningún sentido discutir—. Además, tiene dieciocho años, no tienes que cuidarla, solo va a vivir en casa.

Siempre me pareció tonto que él llame a esta casa su hogar cuando no vive aquí, pero nunca se lo he dicho.

Finalmente me decido por bajar un poco la prepotencia, siempre supe que es mejor tenerlo de mi lado.

—¿Quién es ella? ¿Por qué va a vivir aquí? Explícame algo al menos...

Tener una chica rondando por la casa con lo hormonal que es Matteo no es una buena idea, pero ese definitivamente no es mi problema.

—Es mi ahijada, hija de la mejor amiga de tu mamá —dice y en cuanto lo oigo me sorprendo, eso cambia mucho las cosas.

Aclaro mi garganta con nerviosismo.

—¿Emma? ¿La hija de Sara?

Una sensación extraña se instala en mi pecho, una mezcla de nostalgia con algo más. Hace muchos años que no hablo con Emma, pero vivimos demasiadas cosas cuando éramos niños.

Tontas promesasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora