Kiss... Una historia de amor de verdad

Capítulo 14 "No estarás sola"

Al tener una platica tranquilizadora con Toran, Rin salió satisfecha, había conseguido información importante para la investigación, aquella joven emanaba una ternura recordándole una vez más a su amiga le prometió que no descansaría hasta atrapar al bastardo que la daño. Cuando salió de la habitación no encontró a Hakudoshi en la sala, así que aprovecho para leer un mensaje de Sesshomaru que había recibido media hora antes Espero tengas un gran día hermosa, te manda saludos Bank iremos a la playa un rato, el sol me esta derritiendo, te amo... Respondió en cuanto termino de leerlo Hola guapo! Perdona la demora estoy trabajando en el nuevo caso, espero también te la pases muy bien, no te broncees tanto, me fascina tu blanco color de piel... Te amo. Guardo el celular y camino hacia la salida donde encontró a Hakudoshi el cual estaba de espaldas hablando por teléfono —Claro que caerá ya lo veras primo, en cuanto salga la invitaré a comer y me acercaré a ella —Comentaba en su llamada de forma entusiasta sin notar a la castaña, la cual estaba furiosa por lo que escuchaba. Espero a que terminará la llamada y simulo que apenas iba saliendo —¿Nos vamos? —Pregunto Hakudoshi abriendo la puerta del vehículo

—Claro... pero no me iré contigo

—¿Cómo?

—Debo hacer algunas cosas, nos vemos en la jefatura, tenemos mucho trabajo

—Rin permíteme llevarte

—No es necesario pero gracias —Rápidamente le hiso la parada a un taxi y subió sin darle una sola mirada a su desagradable colega.

El lunes por la mañana Bankotsu llego a su trabajo en Sao Paulo más tranquilo después de hablar con su amigo, estaba dispuesto a solicitar un cambio a Río, no pensaba estar allí para que Kagura lo encontrará así que se dirigió a la oficina de su superior...

Sesshomaru estaba en el laboratorio de balística trabajando en un caso nuevo, el análisis de algunos proyectiles encontrados en un tiroteo que dejo 5 descensos estaba algo ocupado cuando Sara se acercó a él intentando charlar pero no le dio oportunidad de nada, inmediatamente se salió dejándola sola, Sesshomaru se había percatado de sus intenciones de ella y no pensaba darle pie así que decidió guardar distancia.

Las semanas transcurrían Bankotsu había logrado su transferencia a Rio en la misma jefatura donde trabajaba Sesshomaru pero en diferente área. En el laboratorio Sesshomaru trabaja en compañía de Sara quien no perdía oportunidad en buscar información para conocerlo más, aquello irritaba mucho a el peli-plata por no estar acostumbrado a que lo acosaran de esa manera, ya que ni Rin la mujer que él amaba se había comportado de esa manera nunca.

—Oye me gustaría invitarte a tomar algo, claro también a Bankotsu... permítanme mostrarles los buenos lugares de Rio... apuesto que en todo este tiempo no han salido

—Déjame hablarlo con él y te confirmo —Busco la manera de terminar aquella conversación

—Claro que sí, espero tu respuesta —Sabia que le tomaría tiempo, pero precisamente eso era lo que le sobraba.

Rin estaba algo fastidiada, el tener que pasar todos los días con Hakudoshi estaba terminando con su paciencia y para su desgracia aún no llevaban mucho avance con el caso. Jueves por la noche decidió quedarse más tiempo de lo habitual, necesitaba terminar aquella investigación lo más pronto posible eran alrededor de las 11 de la noche cuando Hakudoshi aprovecho su oportunidad de estar a solas con ella, Hiten tenia algunas horas de haberse ido después de asegurarse que no hubiera nadie que molestará a Rin. La castaña estaba concentrada en el ordenador que tenia frente a ella en el escritorio, cuando Hakudoshi la tomo por la espalda cubriendo su boca con una de sus manos y la otra sujetaba su cuello —Es mejor que no te muevas linda —Rin se quedo completamente quieta, reconocía aquella voz sin problema, estaba molesta por esa maldita actitud que estaba teniendo Hakudoshi pero no dijo nada solo intento mantener la calma —Te quitaré la mano de la boca si prometes no hacer ruido —Rin asintió con la cabeza y Hakudoshi retiro su mano de la boca de ella. En cuanto pudo respirar hablo con voz calmada —¿Por qué haces esto?