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Severus fue abrazado con fuerza por los brazos de la señora Elena una vez y Vivian lo llevo hasta la hilandera. El niño sonrió y le dio un beso en la mejilla como saludo. La monja hizo una especie de inclinación y le entrego una pequeña valija a la mujer con la ropa del niño.

—Solo dos semanas—Murmuro ella a la Elena—desde el siete al veintidós—Le dijo dándole un documento y haciendo que se lo firmara—Sev pasara la navidad con nosotros en el orfanato.

Elena mordió sus labios y asintió. La idea no le agradable por completo pero era algo con lo que tenía que conformarse o no dejarían al niño quedarse con ella nuevamente—Vale...—Murmuro ella—El veintidós estará allá.

Vivian asintió y beso la frente la frente de Severus en forma de despedida. —Adiós cielo, pórtate bien ¿Vale?

El niño asintió y le observo irse, luego Elena sonrió de oreja a oreja— ¡Bienvenido a casa, amor!—Le dijo haciéndolo entrar, Lily y Petunia estaban en la sala esperándolo. — ¡Niñas! ¡Severus ya llego!—Murmuro

Lily corrió hasta la entrada y abrazo al niño pelinegro, Petunia le saludo.

— ¡Sev! ¡Bienvenido!—Dijo Lily contenta y sonriéndole— ¡Mamá tiene un cuarto para ti!—Murmuro— ¡¿Quieres verlo?! ¡¿Podemos mostrárselo?!—Pregunto a su madre, Elena asintió y llevo a los niños hasta el cuarto del recién llegado.

—Oh amor...—Dijo abriendo la puerta—espero y te guste.

Severus observo el cuarto, tenía estante con libros y un escritorio, al parecer habia un baño y una cama, le gustaba. Era sencilla y bien decorada, también observo algunos posters de futbol—Si... me gusta mucho—Murmuro algo avergonzando. Nunca se habia sentido tan querido. Aun le era difícil sentirse tan amado, las monjas en el orfanato eran muy atentas y los señores Evans competencia en la atención—G-gracias...

Elena sonrió, los hizo entrar y saco la ropa la cual fue metiendo dentro de las gavetas—No te preocupes, amor. —Le dijo—Este es tu cuarto, así que no te preocupes, aquí dormirás el tiempo que pases con nosotros—le aseguro.

Severus asintió, observo que habia una pequeña plantita de captas sobre el escritorio. Eso le agrado.

— ¿Tienes hambre, amor?—Pregunto Elena ya una vez y termino de guardar la ropa—prepare galletas de chocolate, luego para el almuerzo ¡Pediremos pizza!—Dijo emocionada.

Severus asintió nuevamente, la mujer le acaricio su cabello y bajaron la cocina, Lily comenzó hablar y el junto a su hermana la escuchaba. No recordaba que Lily fuera tan habladora de pequeña.

Disfruto el día con ellas, el señor Evans llego ya al atardecer y le saludo y abrazo. Le trajo algunos regalos, al día siguiente ayudo con la decoración de la casa y amar el arbolito. Salieron al centro comercial a comprar ropa y días después les hicieron escribir (a él, a Petunia y Lily) una carta a Santa Claus.

Se sintió algo ridículo y tonto escribiéndole. Pero se recordó que era un niño y que eso era lo que hacían, escribir a un ser imaginario el regalo que querías para navidad.

—Quiero tantas cosas...—Murmuro Lily viendo la hoja en blanco, Petunia ya llevaba una buena lista de las cosas que quería—Quiero una Barbie, quiero una casa de Barbie, quiero a Ken al novio de Barbie, y quiero una Barbie princesa, también quiero un libro de historias de princesas y un rompe cabezas de hello Kitty, y maquillaje...—sentencio y prosiguió a escribir.

Severus acaricio su propia frente con la yema de sus dedos ¿Qué debería pedir? No lo sabía. Tal vez un libro, y un balón. Escribió su libro deseado y un balón para jugar futbol. Nada más, no quería hacer gastar a la familia que le acogía dinero en cosas que no utilizaría.

El viaje al pasado de Severus Snape IWhere stories live. Discover now