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Severus bostezo al despertar, se acomodó quedando sentado sobre la enorme cama mientras recordaba el lugar en el que estaba. Restregó sus ojos, hacia frió, seguramente estaba nevando, bajo de la cama y sintió la frialdad del frío a pesar de que llevaba medias puestas. Camino hasta la ventana-puerta y corrió la cortina ligeramente.

—Sí, está nevando—confirmo al observar como los copos caían con suavidad desde el cielo cubriendo el balcón del cuarto. La puerta se abrió.

— ¡Buenos días!—Ángel entro, llevaba puesta una pijama blanca con raya azules y lo que parecía ser una especie de bata color plateada— ¿dormiste bien?—preguntó el hombre yendo al closet que habia en el cuarto, se agacho y saco unas pantuflas, eran de color gris y rosado, — He...saldremos hoy y....bueno—se avergonzó—botaremos todo lo que no te guste.

Severus se colocó el cómodo calzado—Estas me gustan.... —Murmuró, siempre había vestido de negro, algunas veces incluso se había colocado prendas de color morado oscuro pero... después de regresar en el tiempo, vivir en el orfanato y convivir con Wendy ya se había acostumbrado a todo, a jugar con muñecas y peluches, estaba viviendo la infancia que nunca tuvo.

Ángel sonrió y se colocó de pie—Vamos, el desayuno ya está listo—Estiro su brazo y Severus le agarro de la mano, salieron juntos y bajaron al primer piso, caminaron entre los pasillos y llegaron al comedor, era una zona bastante amplia—Ya estamos aquí...

Ana asintió y le sirvió la ensalada frutas al Elí, se marchó y los recién llegados tomaron asiento.

—Buenos días, cielo—Dijo Elí viendo al niño de cabello largo— ¿Hace frió, verdad?—pregunto—Stephan estuvo algo intranquilo, estoy toda desvelada—rió ligeramente mientras pinchaba algunos trozos de fruta. —pero cuidar un bebé es así, todavía no ha despertado ¿dormiste bien?

Severus asintió.

Elí sonrió—me alegro, amor. —Dijo contenta—Ángel, creo que tendrás que salir solo con Severus, estoy muy cansada—bostezo.

—No hay problema—dijo el hombre, Ana pareció con una bandeja, sobre esta un plato con ensalada de frutas y en otro panques con fresa y tiras de tocino y dos vasos con jugo de naranja. —creo que deberías contratar a una nana, para que te ayude con el bebé en las noches.

—Lamento la demora—Dijo la sirvienta, sirvió y acerco las servilletas al niño— ¿si te gusta?—le pregunto.

—Si...—Murmuro Severus viendo el plato de comida—se ve deliciosa.

Elí suspiro—Lo está, cielo. Lo está, Ana es una excelente cocinera, cuando tengas hambre solo búscala ¡ella te prepara lo que quieras!—Dijo— ¿podrías traerme algo de tocino a mí también? me antoje. ¡Ha romper la dieta!

Ana rio al escuchar a su jefa, asintió y se marchó.

El niño sonrió y probo la comida, sintió su paladar derretirse, mientras comía escucho a los adultos hablar sobre cosas triviales, se sintió extraño pero de no de forma mala...está viviendo con unas personas que querían adoptarle, estaba viviendo con una familia que le quería. Con los Evans nunca se había sentido así. Era algo que no podía explicar... tanto en el orfanato y con los Evans se sentía querido pero...

Nunca pensó que otras personas llegaran a quererle de esa manera.

— ¿Sev?—murmuró Eli viéndole con preocupación— ¿amor? ¿Por qué estás llorando?—pregunto colocando de pie, y yendo hacia donde se encontraba el.

Severus sintió la humedad en su rostro, merlín... no podía estar ocurriéndole lo mismo de nuevo, se estaba volviendo un tonto sentimental. —Eh....no...

El viaje al pasado de Severus Snape IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora