Capítulo 1 - Efecto Mariposa

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El estruendoso e irritante sonido del despertador del móvil se apodera de la paz que la noche había instaurado en su habitación. Tras un verano basado en trasnochar mucho y madrugar poco, la alarma sonando a las siete de la mañana persuadiéndole para ir a clase es como mínimo una tortura china. Por ello, se voltea sobre su propio cuerpo con desgana para apagarla y aferrarse a la almohada mendigando unos segundos más de descanso.

El cuerpo le pesa toneladas. Él intenta levantarse de la cama, de verdad que sí, pero es como si una fuerza mayor ajena a su cuerpo le empujase hacia el colchón cada vez que se esfuerza en salir de entre las sábanas. Está a punto de caer de nuevo en los brazos de morfeo cuando lo que le cae literalmente encima es un monstruito de seis años, pelo revoltoso y 17kg de peso.

-Ago, despierta! -la niña emocionada salta sobre el colchón con intención de despertar a su hermano- que hay que ir al cole

-Yuju! -dice irónicamente arrastrando las palabras, pues su lengua sigue adormilada, antes de bostezar

-Venga, que llegamos tarde!

-Esa es mi especialidad, Marilia, seis años viviendo conmigo y parece que no lo sepas -ríe Agoney con la cara aún pegada al almohada

Marilia ríe a carcajadas y ese es el único despertador que necesita Agoney para espabilarse y empezar a hacer cosquillas a su hermana como si no hubiera un mañana.

-Para, por favor -dice la pequeña llorando de la risa

-Te he dicho mil veces que los tazones de desayuno no van ahí! -se oye desde la cocina

-No me grites!

-Pues preparales el desayuno a tus hijos que yo me tengo que ir a trabajar! -afirma la mujer antes de salir de un portazo

-Y yo tengo que hacer mil recados! -otro portazo resuena por toda la casa antes del silencio absoluto

Ni siquiera han aparecido para desearle suerte a Marilia en su primer día en el "cole de los mayores" según la niña.

Hace tanto tiempo que viven así, que Agoney ya ni siquiera recuerda cuando empezó la batalla campal entre sus padres. A él no le afecta lo más mínimo, al fin y al cabo entiende que el amor se haya acabado y que solo sigan juntos por la situación económica en la que se encuentran: una familia de cuatro personas a mantener en la que la madre trabaja por el salario mínimo y el padre está en paro... El moreno no sabe ni cómo llegan a fin de mes. Lo que sí que le duele en el alma es que su hermana pequeña tenga que aguantar los enfrentamientos de sus padres, quienes parecen haber olvidado que una niña de seis años está conviviendo con ellos y, aunque no entienda nada, oye los gritos.

-Qué pasa, tete? -pregunta en un puchero algo asustada la pequeña

La familia se mudó a Barcelona al año de nacer Marilia, por ello la cría ha adoptado muchas expresiones de la zona como el apodo que utiliza para llamar a su hermano.

-Que vamos a ir a la cocina y vamos a desayunar cereales de chocolate -dice con alegría Agoney sacándole una sonrisa a su hermana y distrayéndola del tema

-Los que son así como bolitas o los rellenos? -pregunta la niña completamente distraída y colgándose de la espalda de Agoney

-Cuáles quieres? -sujeta bien las piernas de su hermana y empieza a andar por la casa hasta llegar a la cocina

-Los rellenos!

-Pues esos -deja a su hermana en la silla y empieza a preparar los dos desayunos. Una vez servidos, se sienta a su lado y comen juntos

WHAT'S UP? (Ragoney) Where stories live. Discover now