Capítulo 3.

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Tres semanas habían pasado.

Había vuelto a la aldea, entregó su reporte de la misión.

Después se encerró en su trabajo y sus deberes, rechazaba las salidas con Ino, y había evitado a Naruto a toda costa. No quiso hablar del tema con Kakashi, y tampoco respondía a los saludos de la gente.

Sólo había llorado una hora después de lo que había visto, entre susurros se había lamentado, como si alguien pudiera escucharla.

Después dejó de llorar, se mantuvo extrañamente tranquila, pero ausente.

Ese cambio tan abrumador no pasó desapercibido por nadie de la aldea.

Mucho menos por Naruto.

—¡Sakura-chan!, ¡sé que estás ahí!.

Llevaba rato tocando con insistencia la puerta de la pelirosa, la cual ni se había molestado en ocultar su chakra.

—¡Sakura Haruno!...

Casi se cae de la impresión, la puerta fue abierta de manera abrupta, dejando ver a la chica, su cabello estaba desaliñado, tenía unas muy visibles ojeras y su cara delataba su deseo de suicidio.

—¿Qué demonios quieres? – su voz sonaba ronca, era un pequeño ogro rosado.

—Quiero saber qué ocurrió en tu misión, o bien, en tu viaje.

Ella abrió más los ojos y apretó sus labios.

No había llorado en esas tres semanas,  simplemente no le había nacido.

Naruto le dio una mirada de comprensión, entonces ella suavizó sus facciones, aquel rostro sorprendido empezaba a cambiar por momentáneos pucheros, sin poder evitarlo por más tiempo se lanzó a los brazos de Naruto, y lloró todo lo que había guardado.

—¡Perdí mi tiempo!. ¡Él n-no...! ¡Él no pensaba en mí!.

Él rubio la apretó contra sí, acarició su cabeza con gentileza al sentir como ella se removía inquieta, no sabiendo cómo abrazarlo para llorar.

Ella no notó cuando Naruto la ayudó a entrar, menos cuando la llevó a su sillón, sólo lloraba, ya ni podía hablar, pues comenzaba a tener pequeños espasmos que no se lo permitían.

Después de un rato, se calmó, y le contó todo.

Naruto estaba ardiendo de ira, pero no podía demostrarlo, se suponía que debía inspirar calma a su amiga, no alterarla aún más.

—5 años Naruto, no, ni 5 años. ¡Han sido 15 años de espera!. Han sido tantos años en los que me vi como estúpida, perdí mi tiempo, me siento tan... Patética.

Naruto besó su frente.

—Sakura-chan, no eres patética o estúpida, eres una gran chica que no fue valorada por el imbecil del teme. Pero eso no va a impedir que seas feliz, ¿o sí?.

Sakura se limpió los restos de humedad en sus ojos, vio a Naruto, recordó cuando él le declaraba su amor, recordó cuando la consoló en las madrugadas, recordó cuando le prometió traer a Sasuke a la aldea.

—Perdóname Naruto, por favor perdóname. – lo abrazó muy fuerte, mientras evitaba llorar de nuevo.

—¿Por qué, Sakura-chan?.

—Por ser tan egoísta contigo, por... Por todo.

Él sonrió y la abrazó más fuerte, no era la primera vez que ella se disculpaba. Pronto sintió la pausada respiración de la chica, se había quedado dormida.

Con delicadeza la llevó a su cama, la cobijó y besó su frente.

Se encargaría de hablar con Ino sobre esto.

Esa vanidosa rubia era la única capaz de descifrar a Sakura por completo, la única capaz de darle un certero consejo.

(...)

Había despertado con buen humor, con un sentimiento de ternura al hallarse cobijada en su cama.

No la requerían en el hospital, así que decidió quedarse en su casa a limpiar.

Hasta que su puerta se abrió de golpe.

—Ahora sí, frente de marquesina, vas a explicarme qué carajos te sucedió.

Sakura era la kunoichi heredera de la fuerza monstruosa de Tsunade, la ninja que asesinó a Sasori con Chiyo, aquella que había roto de un golpe el cuerno de Kaguya.

Pero cuando su mejor amiga adicta a la moda, llegaba con aura peligrosa y faceta desaliñada, prefería sonreírle y decirle todo lo que quisiera saber.

Y entonces se lo contó.

Rió nerviosa cuando Ino comenzó buscar materiales en la casa, estaba dispuesta a fabricar un muñeco vudú de Sasuke y hacerle mucho daño.

Mucho daño.

—Maldito pelo de gallina, y luego esa estúpida zanahoria, ya ni porque tú salvaste su patética vida, pero ni te preocupes, Uchiha ni sirve, además está incompleto...

Sí, se refería a su falta de brazo.

—Duele mucho Ino, perdí 15 años, lo peor es que él no me lo pidió, yo me aferré porque tenía esperanza. Si tan sólo él no me hubiera dicho "Gracias" esa noche, tal vez todo sería diferente.

Ino dejó sus quejas y giró, la miraba fijamente, y se quedó totalmente seria, algo que Sakura había dicho llamó su atención.

—Y luego ese gesto en mi frente, rayos, perdí mi tiempo, siempre esperando.

—Ya veo. – habló Ino, cruzó los brazos y sonrió extrañamente.

—¿Qué?.

—No lo amas. Dejaste de hacerlo hace tiempo, pero te hiciste tanto a la idea de que era para ti, que te acostumbraste.

—¿Eh?, pero yo...

—Te escuché Sakura, Sasuke no te duele, lo que te dañó realmente, fue el tiempo que perdiste esperando.

La pelirosa se quedó helada. ¿Era posible que Ino tuviera razón?.

¡Pero siempre había amado a Sasuke!, confiaba en él...

Alto, no, no confiaba, de ser así jamás se hubiera deprimido, dudando de su regreso por ella.

No confiaba, no creía, tampoco lo quería, solo deseaba dejar de esperar.

Y ahora ya no tenía que hacerlo.

Abrazó a Ino, la rubia no se sorprendió y correspondió de inmediato.

Le agradeció estar ahí para abrirle los ojos, siempre sería su mejor amiga.

Al acompañarla a la puerta, pudo divisar a Temari a lo lejos, estaba esperando a que Shikamaru terminara de hablar con Choji.

Al sentir su mirada, la hermana del Kazekage giró y la vio, después le sonrió, no supo descifrar de qué forma, pero entonces lo recordó.

“Y por cierto Sakura, a veces debes pensar un poco más en ti que en los demás, aunque te parezca egoísta, cuidate.”

Le sonrió de vuelta y cerró su puerta.

Seguía sin entender a qué se refería con aquello.

Inevitablemente recordó lo cálida qué se sintió en los brazos de Naruto, y el buen humor con el que despertó.

—¿Na-Naruto?.

Su corazón traicionó a su cordura, palpitando desenfrenadamente.

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He aquí otro capítulo, espero que les guste, qué les encante, y que voten✡️

Y fuiste tú...Where stories live. Discover now