Capítulo 9.

6.7K 509 155
                                    

¿Para qué mentirse a sí misma?.

Naruto siempre la había pasado por alto. Nunca sería diferente.

A menos que...

—Deje de esconderme. Si yo... Si yo le recuerdo a Naruto que lo amo, que se lo confesé en aquella batalla, podríamos tener algo muy hermoso.

Sus ojos perla brillaron con intensidad, su rostro se ruborizó ante la idea de formar una familia con el rubio.

Se sobresaltó al escuchar su nombre, un ninja de su clan la llamaba.

—Hinata-sama, el Hokage solicita su presencia en la torre.

(...)

—¿Cuándo va a formar una familia? Ya no tiene 20 años.– se burló.

—Puedes ser tan educada y grosera si te lo propones.– su tono aburrido jamás desaparecía.

Llamaron a la puerta, Kakashi permitió la entrada.

Después observó con curiosidad la forma en la que las personas en esa habitación se analizaban.

Jade contra perla, enfrentándose por sus propios motivos, sin darlos a conocer en voz alta.

—Me dijo Ino que consultaste con ella por un fuerte resfriado. ¿Cómo estás ahora, Hinata?.

—E-Estoy mejor, Sakura-san, el resfriado f-fue hace semana y media, por la lluvia de... Ese día.

Sí, ese día en el que encontró la casa de Sakura como buen refugio para la lluvia, ese día en el que al entrar pudo percibir los nervios entre ella y Naruto.

¿Por qué Naruto estaba en casa de Sakura?.

Normalmente no le preocuparía, son amigos, y Sakura iba por Sasuke.

Iba.

Había notado a la pelirosa más feliz, carismática.

También notaba nuevas formas de ser con el rubio.

Estaba confundida.

—Chicas, las hice venir porque son las mejores para ésta misión. Sé que no están acostumbradas a trabajar juntas, pero al menos se llevan bien y tal vez tengan cosas en común.

Oh, claro que sí.

A las dos les gusta Naruto.

—¿De qué se trata sensei?.

—El clan Inuzuka ha reportado un virus, más de la mitad de la gente se encuentra en mal estado. La misma Tsunade los revisó, y habló de una especie de antídoto creado por una flor muy difícil de encontrar...

—¿Se refiere a esta?– Sakura señaló una imagen de un libro en el escritorio.

—Exacto, Sakura, Hinata te ayudará a buscar la flor, es la mejor Hyuga para acompañarte. Tú te encargarás del antídoto.

Ambas chicas asintieron, y comenzaron su misión.

(...)

—Será mejor que descansemos, la búsqueda continuará en la mañana.

Llevaban todo el día buscando la flor, pero no tenían resultados.

La pelinegra hizo un gesto de dolor, llevó sus manos a su vientre.

Después sus mejillas se tiñeron de un tono rojizo.

Y no sólo sus mejillas.

—Hi-Hinata...

—N-No me mires, Sakura-san.

Estaba muy avergonzada, demasiado, Sakura sonrió, sin maldad alguna, y de su pequeña mochila sacó un cambio de ropa, y un protector para cierta zona.

—Que no te de pena, es algo bastante normal, y yo no voy a juzgarte o algo así.

—Debí venir preparada.– susurró.

—Recuerdo un lago a unos cuantos metros, puedes meterte en lo que yo preparo algo rápido para comer, ¿te parece?.

—Gracias Sakura-san.

Nadie imaginaría, que dos chicas que comparten sentimiento por una persona, estarían juntas en una misión, apoyándose en un momento molesto de una de ellas, llamado periodo menstrual.

Hinata volvió, se sentía mejor, aunque con algo de pena.

—Hice un maravilloso platillo, saludable y fácil. – rió suavemente, — Lo siento, sólo encontré frutas.

—Está muy bien para mí.

Un silencio se presentó, era un poco incómodo, y por primera vez, fue Hinata quien decidió acabar con él.

—¿Aún... Ama a Sasuke?.

—¿Mmm?– terminó de masticar. —¿Por qué la pregunta?.

—S-Sólo es curiosidad.

—Dejé de amar a Sasuke hace mucho. Pero, fue tanta mi dedicación a ese amor, que me aferré a la conformidad.

Algo en el interior de Hinata se removió, era como si supiera con exactitud lo que Sakura le decía.

—Me costó mucho darme cuenta, porque nunca había hecho el intento por reflexionar nuevamente sobre mis sentimientos. Además, siempre fui tan torpe y llorona, que al mínimo reconocimiento de su parte, me sentía feliz, capaz de lograr algo.

Identificada. Así se sentía la Hyuga.

¿Sería posible... que ya no amara a Naruto?.

¡No!.

Ella estaba muy enamorada, siempre lo observaba, su felicidad la hacía feliz a ella. Sus comentarios y reconocimiento a las cosas que hacía, como cuando dijo que sería una buena esposa.


"Al mínimo reconocimiento de su parte, me sentía feliz, capaz de lograr algo."

Eso quería decir...

—Te diré algo Hinata, el amor debe ser mutuo. Cuando solo una persona es la que da todo de sí, terminará por cansarse, por volverse conformista y miserable. Y lo peor, por un amor que ya no siente y no lo sabe.

Una, dos, tres lágrimas.

Se había dado cuenta de muchas cosas.

—Hinata, ¿por qué lloras?– preguntó preocupada.

—Es que...tengo muchos cólicos.

—Buscaré hacerte un remedio, descansa un rato.

—Gracias Sakura-san.

Realmente le agradecía.

••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

Ando loca y publicando seguido jajaja.

Espero que les guste, como siempre.

¿cómo se han dado cuenta que alguien ya no les gusta?.

Y fuiste tú...Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz