Y fuiste tú...

Capitulo 12.

Caminaba por todas las tiendas, comprando despensa que necesitaba en casa, llevaba 4 bolsas encima pero parecía llevar solo una.

De un momento a otro, su faceta calmada fue sustituida por una ligera mueca, la cual se iba extendiendo.

Se giró cansada y enfrentó a una persona.

—No es necesario que me sigas a todas partes, Sasuke.– reclamó.

El susodicho solo bajó la vista a las bolsas que Sakura cargaba.

—Te ayu...

—¿Por qué no vas a entrenar un poco?, seguro que te sentirás bien al regresar a los campos de entrenamiento de tu aldea.

—Hmp.

Confundido. Así se sentía el pelinegro. Anoche había creído tener una señal de que Sakura lo perdonaba incondicionalmente, al momento en que ella había agregado el prefijo cariñoso a su nombre.

Ella, por otro lado, había estado a punto de ceder a todo, pero, antes de dormir, rezó para que la misión de Naruto fuera corta y sencilla, y el pensar en el rubio le dio la fortaleza suficiente para ser firme otra vez.

Sasuke la había orillado a desperdiciar gran parte de su juventud, y después, había estado con otra chica.

—Estás rara.– soltó de repente.

Comenzaron a caminar de nuevo, regresando a casa.

—¿Rara?.

—Callada, fría. Y cuando llegué...

—¿Esperabas abrazos, llanto y gritos de niña enamorada?, creí que eso solía molestarte.

—Me acostumbré.

Ella fruncio el ceño, sintiéndose herida. ¿Era tan normal que fuera tan patética?.

—Dijiste que me esperarías.

—¿Qué insinúas Sasuke?.

Él ya no respondió, hasta llegar a casa. Ya era muy tarde. Acomodaron las despensas, más bien Sakura las acomodó, recogió su cabello y se sentó en el suelo, justo en el centro de la sala.

—Necesitamos hablar. – dijo ella invitándolo a sentarse.

Quedaron frente a frente. Ninguno decía nada. La chica se cruzó de brazos y arqueó una ceja, Sasuke entendió que él debía empezar.

—Podemos casarnos y restablecer mi clan. Nuestro clan. He vuelto.

Impactada, jamás pensó que el pelinegro le declarara tal cosa.

—Llevamos suficiente avance en... Esto.

—¿Esto qué?.

—Estando juntos.

Su rostro enrojeció, pero no fue por emoción.

Estaba realmente enfadada, ¿se suponía que Sasuke y ella tenían una relación?, ¿enserio?, ¿desde cuándo?.

Él pareció darse cuenta de que Sakura no había entendido aquello.

—El poke, Sakura.– fue todo lo que dijo.

Ella comenzó a analizar la forma en que Sasuke había interpretado todo desde hace 5 años. Y ahora lo entendía.

Ese poke en su frente era su manera de declarar que la amaba, y cuando ella accedió a esperarlo, accedió a estar con él.

Sin darse cuenta, sus lágrimas habían sido ridículamente en vano. Ella era, la prometida de Sasuke.

En otras circunstancias, estaría llorando de emoción, pidiendo disculpas por no haberlo entendido antes.