capitulo 8

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Entramos en la habitación alterna y una enorme vitrina de cristal, exponía un montón de máscaras como si de un museo se tratara. Las acartonadas pieles se exhibían puesta cada una con cuidado, y detalle.
-¿Te gusta mi colección?-elena hablaba con notable entusiasmo.-estoy muy orgullosa de ella, y a esto sumaré la cara de tu amigo. Que feliz me hace eso.
-Esas... Son- la mire perplejo.
-Si Ian, son las caras de todos esos chicos "bonitos". No solo los del instituto,  sino todos aquellos que  he logrado coleccionar hasta ahora. Me pertenecen.
Los rostros embalsamados brillaban bajo el reflejo de la lámpara alogena.
-¿Quieres ver todo el procesopara llevar acabo está obra de arte?, No te mentire, es una tarea ardua, pero vale la pena.- extendió la mano y rodó el vidrio, abriendo el estante de cristal, tomó una "máscara" y se la llevó al rostro- ¿Me queda bella verdad?.
Mis ojos bailaban incrédulos alrededor de todas las caretas de carne. Una llamó particularmente mi atención, puesto que sus rasgos pequeños y delicados me anunciaba que se trataba de una niña o niño.
-Tiene que ser una broma- me negaba a creerlo, estaba en shock.
Tomó el rostro de mi amigo, y lo puso sobre su cara, un hilillo de sangre rodó por su mejilla
-Aún me falta terminar esta.
El malestar estomacal me llegó, el regusto asqueroso de la comida apunto de devolver. Vomité todo el contenido de mi sistema digestivo, dejándome en la boca el sabor amargo de comida dañada. Unas gotas de la imundicia que salió de mi, salpicó su ropa
-¡Que asqueroso!. Maldito puerco, me ensuciaste.
Le daba asco un poco de vómito, pero el olor a sangre, carne y arrancarle la cara algúien no le producía ni el más mínimo malestar. Tomó una toalla y se limpio.
-¿Que es esto?- hablé débil, por la sustancia en mi organismo y por haber devuelto.
-Ya te lo dije, son mi colección personal.
-¿Es enserio? ¿Estás loca?. Esas no son cosas.
-Cada quien colecciona lo que quiere, tú no eres nadie para juzgarme. Yo colecciono todo lo que considero hermoso. Y eso mi amigo es arte pura
-¿Por qué rostros?.
-Porque son bellos, ellos tenían lo que yo quería y no podía obtener. Ahora  dispongo de ello a mi antojo.
-Eres una enferma retorcida.
-No, todo tiene un porqué. De niña tuve un pequeño accidente, los doctores lograron salvar mi vida, pero no mi belleza, no del todo. Mis padres pagaron las innumerables cirugías para reconstruir mi rostro. Los mejores médicos, no repararon en gastos pero no son Dios. Hicieron un trabajo fenomenal, pero quedaron huellas, malditas cicatrices que me recordaban todos los días que siempre estaría marcada. Mis compañeros no me ayudaron mucho ¿Sabes? Me llamaba " la niña monstruo"- solto una risita melancolíca- prometí a mí misma algún día ser tan bella como ellos, cómo un día lo fui, tengo que usar mucho maquillaje, pero aún así muchos admiran mi belleza. - se retiró los cosméticos con ayuda de un pañuelo. Recuerdo que cuando la  vi, note el exceso del mismo, pero aún así la considere muy atractiva-Esa gente que murió no era gente buena, eran personas arrogantes, que se jactaban de su belleza, pero su alma estaba podrida.-una lágrima se deslizó por su mejilla, se apresuró a eliminarla- No permitiré que más nadie sufra humillaciones, no mientras yo pueda evitarlo.
-Asesinando no es la solución, lo que te hicieron no justifica lo que tú haces. Sobretodo porque esos no fueron los chicos que se burlaban de ti. ¿Quien te crees Dios?, No tienes derecho a disponer de la vida de otros.
-Cada quien tiene sus manera de resolver las situaciones. tú a la tuya, y yo a la mía -se encogió de hombros.
-¿Que tiene que ver Melanie en todo esto? ¿Desde cuándo te está ayudando?
-Eso debes preguntarselo a ella -sonrio-prometo que te daré el tiempo para que puedas hacerlo.
Un quejido amortiguado se escuchó en un armario.
-¿Que es eso?
-Lo olvidaba. Mis padres se unieron a la fiesta-abrio la puerta y una pareja se hallaba amordazada y atada, sentada en la madera junto a unas zapatillas viejas.
-Son tus padres.
-Lo sé, pero nada puede interponerse en mi camino, ellos debieron marcharse. Pretendían llamar a la policía y yo no podía permitirlo-se acercó a la puerta y acarició el rostro de la asustada mujer hecha un mar de lagrimas- ¿Verdad mamá?, No voy a hacerte daño, bueno no mucho, no llores.
Las gotas saladas que caían de sus ojos se intensificaron.Su padre se removía en su sitio intentado alcanzar a su esposa.
-Mel amor, ven Rápido o te perderás el espectáculo.
Melanie llegó hecha un desastre. Con la ropa manchada de un color carmesí, los cabellos revueltos, la frente sudada y las mejillas sonrosadas por el esfuerzo
-Hay algo que Ian quiere saber.¿ Que tienes que ver tú con todo esto?

Melanie se inclinó, le susurró algo al oído que no pude distinguir, Elena asintió.

-Yo la quiero, y lo que hace es una noble causa, solo le evitará el dolor a otros. Protegerá a personas como  esas -señalo hacia la vitrina- de ellos mismos
Cerré los ojos quería dormir, lo que sea que me había inyectado estaba surgiendo efecto, mi cuerpo se sentía cansado y aturdido, y una parte de mi cerebro aún no habia procesado toda la información que recibí.




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