Día Dos

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Cuando te das cuenta que quieres pasar el resto de tu vida con una persona, quieres que el resto de tu vida empiece lo antes posible

•••

Los estruendos retumban por sus oídos, el olor ah comida y contaminación es demasiado evidente. No había visitado el barrio chinos desde hacía años.

Caminaba por la acera tratando de no chocar con nadie, sus ojos no perdiéndose ningún momento, aun recordaba ah Alec tomándolo del brazo, el como estuvo tan emocionado qué ni siquiera se detuvo ah disfrutar, tan obsesionado por conservar todo en una foto.

- Espera - su chico le había sonreído con diversión, todo su ser concentrado en él - más despacio bebé - podía sentir aquellos enormes dedos contra su barbilla, el como lo habían alzado - echaras de menos estos momentos si no te detienes -

- Quiero vivir todo lo que pueda contigo -

- Cuando seas viejo y tengas 90 años no vas ah recordar la galería de modas oh esa exquisita comida china si no nos detenemos y saboreamos - no pudo evitar abrazarlo por la cintura, sentir el calor del otro - deseo tanto como tú pasar el resto de nuestras vidas juntos - ambas manos viajaron ah su rostro para después dejar un tierno beso - desacelera -

Ambos se habían prometido un para siempre esa noche, su cuerpo se encendía cada que recordaba todos esos besos en el oscuro callejón, cada dulce letra qué Alexander le pronunciada sobre su cuello, labios y oídos. Como había recorrido su torso con detenimiento degustando cada tramo de piel chocolatada.

- Lamento la tardanza - su voz lo hizo estremecer

- Esta bien - no quiso mirarlo esta vez

Magnus coloco ambos de sus brazos sobre el tatuado cuello generando qué se encorvara un poco, el mayor rodeando su cintura levemente. Suspiro sin evitarlo mientras el otro aspiraba sobre su cabello cerrando sus azules ojos.

- Te creí - apenas fue un murmuró - cuando me juraste un para siempre ah tú lado... yo te creí -

Planes de divorcio - MalecWhere stories live. Discover now