Capítulo 31

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Bloody Love

Capítulo 31
De Equilibrio E Interrogantes

LAUREN

La luz que se filtra entre las cortinas me hace abrir los ojos, pese a que los haces no están ni cerca de mí. Tengo una sensación extraña encima, de ligereza, como si apenas pesara, sin tener que sentir del todo mi cuerpo. Luego de parpadear un par de veces consigo darme cuenta de que estoy despertando... Lo que quiere decir que estaba dormida.

¡Dormida! Hace eones que no pernocto –un siglo, en realidad–. Mi cuerpo no lo necesita, aunque mi mente sí que lo ha hecho en ocasiones, mas jamás he podido llegar a un estado de relajación lo suficientemente alto para permitir mis sentidos, siempre en alerta, desactivarse lo bastante. Esta sensación no la he experimentado en tanto... es agradable.

¿En qué momento pude llegar a quedarme dormida? Incluso me parece algo absurdo hacerme esa pregunta, y lo tomaría como una ridiculez de no sentirme como lo hago ahora. ¿Cómo pude llegar a dormir? Lo he intentado, pero nunca pude relajarme tanto. ¿Desde cuándo caí en el sueño? Lo último que recuerdo es notar a Kaley hacerlo con su rostro oculto entre la almohada y mi cabello. ¿Qué significa que haya podido dormir en estas circunstancias en particular? Prefiero no saberlo.

El sosiego se extiende incluso cuando he salido del sueño, igual la sensación de estar sobre una nube, y este estado, en el que mi mente pareciera estar del todo vacía, es casi divino. Me encantaría que se prolongara, pero, por desgracia, las cosas buenas tienen el mal hábito de no durar lo que a una le gustaría.

Mis ojos caen sobre la almohada a mi lado, pero el espacio está tan vacío como suele estarlo a estas horas de la mañana. La cachorra se ha ido sin despedirse e imagino que habrá sido ella quien corrió las cortinas. Luego le cobraré la falta de educación; ahora, los recuerdos que trae su nombre son más dignos de mi atención.

Los sucesos de anoche fueron tan... turbios. Sí, es una buena forma de ponerlo. Estoy completamente turbada, sumando a todo ello –como si no fuese bastante– el inusitado descanso físico, es como estar en una barca en medio de un mar turbulento.

Todas las situaciones, todas sus acciones, todas mis acciones, todas las miradas, todos los sentimientos... ¿De qué vale negarlo? Hubo sentimientos, ¡demonios!, que los hubo. ¿Por qué tuvo que haberlos? No...

Por primera vez en toda mi existencia no sé siquiera qué es lo que debería estar pensando.

Debería negarlo, quiero negarlo, y normalmente lo haría, pero siquiera me engañaría a mí misma. O podría hacerlo, he tenido mucha experiencia en ello, pero el hecho de que me embauque a mí sobre mis propios sentimientos no quiere decir que éstos desaparezcan. Pensé que podría hacerlos desaparecer, que, con suerte, si los ignoraba podrían convertirse en polvo que solo tendría que sacudirme de encima más tarde, pero estaba muy equivocada. Solo han ido en ascenso.

¡Diablos! ¿En qué momento ocurrió? ¿Y cómo es que no pude darme cuenta antes de ese avance, ese mortalmente peligroso avance?

No puedo... no estoy en condiciones para pensar en eso, no tengo ni la sensatez requerida para llegar a una buena conclusión al respecto, ni la calma interna para intentar hacerlo sin perder los nervios. ¿Podré volver a dormir? Quizá, pero lo más probable es que no sin ayuda y, definitivamente, no ahora.

Hará poco menos de media hora desde que amaneció y la única razón por la que la claridad no me despertó antes son las pesadas cortinas oscuras, que solo la dejan pasar por una pequeña rendija entre ellas. La cachorra ha sido muy considerada al correrlas. Imagino que se habrá marchado poco antes del amanecer, el lugar donde estuvo durmiendo está frío.

Bloody LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora