Capítulo 26.

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POV CAMILA:

Después de haber introducido la dirección que había recibido por mensaje de Sean al GPS, seguimos las indicaciones que este nos daba. Había sido un camino largo, que se hizo muy corto para nosotras ya que nos habíamos pasado todo el viaje escuchando canciones en la radio. Yo comenzaba a cantar, haciendo que Lauren frunciera el ceño y quisiera soltar el timón para taparse los odios. Podía ser muy fastidiosa cuando me lo proponía.

Era divertido como Lauren me miraba y no me decía nada porque no quería herir mis sentimientos.-Por favor.- como si no supiera que cuando cantaba a grito herido era capaz de romper ventanas.-Solo sonreía, haciéndome reír. Era tan tierna y adorable.

Se detuvo enfrente de un gran portón de rejas blancas. Un hombre apareció, Lauren tuvo que bajar la ventana para hablar con él.

-¿Residencia de la familia Cabello?.-Preguntó Lauren revisando si la ubicación del GPS estaba bien y no establo entrando a una casa equivocada.

-¿Con quién tengo el placer?.-Preguntó el portero educadamente.

-Camila Cabello y su adorable novia.-La pellizque en el brazo haciendo que brincara. -¿Qué? ¿Me vas a negar que no soy adorable?

Viré mis ojos y me volví a concentrar en el hombre de la puerta, quien estaba comunicándose con alguien por su pequeña radio. Dijo algo rápido antes de regresar a la puerta, presionar un botón y ambas rejas se abrieran.

-Sean bienvenidas.-Nos dijo.

Lauren acelero e ingresamos al otro lado. Se parecía mucho al enorme jardín que tenia Alejandro, del tamaño de varios parques juntos. Pero este estaba mas cuidado y con varias luces alumbrando el camino. Cuando llegamos a lo que parecía ser la casa principal. dos mayordomos estaban en la acera. Lauren apagó el auto, bajamos de este al mismo tiempo.

-¿Me permite llevar su auto al estacionamiento?.-Preguntó uno de ellos.

Sabía que Lauren jamas de los jamases iba a aceptar dejar que llevaran su auto, nunca lo había hecho en un restaurante, nunca lo haría aquí. Desconfiaba del resto de personas, pensando que podrían rallar a su preciada y adorada Holly.

-¿Vienes conmigo, me esperas aquí, o vas entrando?.-Me preguntó.

-Voy entrando.-Respondí a pesar de que me moría de nervios.

Ella asintió con la cabeza y regreso a su auto, le indico al mayordomo que le indicará el camino al estacionamiento.

El mayordomo sobrante me dio una sonrisa de amabilidad antes de decir un "sígueme" y empezar a caminar hacia la enorme puerta blanca.

Todo adentro era brillante y blanco, absolutamente todo, algunos adornos que le daban color a las habitaciones pero todo era completamente blanco. Y muy costoso. El hombre siguió caminando y ya habíamos pasado varias salas de recibo así que hasta hasta la sala principal sería un camino muy largo.

Cada vez caminábamos mas y cada vez se escuchaba mas voces. El hombre se detuvo y me hizo una indicación con la mano, hizo una reverencia y me permitió entrar.

Cuando cruce el portal, a la primera persona que vi, fue a él. Él apenas me vio, su rostro se volvió completamente pálido, sin ninguna expresión en el rostro. Sean tenia una enorme sonrisa y el resto de su familia me miraba con confusión.

-¿Tendías la amabilidad de decirme quien es ella, Walter y por qué la has dejado entrar?.-Preguntó la mujer de cabello claro, quien parecía nada contenta de verme.

-Fueron ordenes del joven Sean, mi señora.-Respondió el mayordomo.

-Sean, dime que no es una de las miles de novias que tienes. Es una cena familia, chicas como esas no se traen aquí.-Le volvió a decir la rubia.

El hombre que lo acompañaba me examinaba con la mirada y la mujer de cabello blanco y mas adulta esperaba paciente la respuesta de Sean. Alejandro seguía pálido, sin decir ni hacer nada por completo.

-No, ella no es una de mis novias, lamentablemente. Eso seria algo morboso, ya que es mi sobrina, madre.-Le respondió Sean.

-Explicate, Sean. Ahora mismo.-Exigió.

-¿Qué demonios haces, Sean?.-Lo cuestiono Alejandro, hablando por primera vez desde que llegué.

-Solo pensé que era un buen momento para presentarla a la familia, es la oportunidad perfecta, ¿No lo crees? Madre, Padre y la abuela están aquí.-Sean aún tenia esa sonrisa burlona y arrogante en los labios que me daban ganas de borrarla con un golpe.

-¿A qué te refieres. Sean? Habla ahora mismo.-Casi gritó su padre.

-Pensé que debían conocer el terrible error del pasado de su adorado hijo, Alejandro, al que ustedes han confiado todas sus empresas y el negocio familiar.-Le respondió él

-¿Esto es por eso, Sean? ¿Solo por celos?.-Lo cuestiono Alejandro.

-Terrible error del pasado del dorado hijo de mis padres, te presento a mis padres. Padres, les presento al terrible error del pasado de su adorado hijo.

-Yo...creo....que debería irme.-Dije con pude, estaba a punto de voltear e rime pero Sean me jaló del brazo, impidiendo mi salida.

-¿Qué? ¿Esos son modales, sobrina? ¿Por qué no saludad a tus abuelos? Ellos están muy felices de conocerte.

Su madre estaba roja de la furia y su padre estaba más confundido aún, si eso es posible. Yo solo quería que este infierno terminara.

-Alejandro....di algo....ahora mismo.-Le gritó su madre.

-Madre, yo no tengo nada que decir. Tu espectáculo acaba, Sean. Espero que te hayas divertido haciendo esto.-Tomo mi brazo, alejándome de él.

-Bueno, si su adorado hijo no quiere contarles, yo lo haré. La hermosa mujer que ven aquí, muy hermosa por cierto, se llama Camila Estrabao, pero de verdad debería ser Camila cabello. ¿Saben por qué? Su hijo tiene una hija. Pero aquí viene la mejor parte, tuvo una hija con una simple y barata prostituta de la calle.

-¡No te permito que hables así de mi madre!.-Le grité soltándome del agarre de Alejandro y acercándome a su puto hermano.

-Eso es o que es tu madre, una simple prostituta de la calle, linda.-Me armé de valor y le di una fuerte bofetada en la mejilla izquierda.

Lagrimas de frustración estaban a punto de escaparse de mis ojos, nadie llamaba a mi madre así. Él no tenia derecho de hablar así de ella, si él no sabe por todo lo que ha pasado. Nadie tiene derecho de juzgarla, si yo misma no lo hago.

-Veo que no llegue tarde al espectáculo.-Dijo una voz femenina a mis espaldas que conocía muy bien. Demonios, que si lo hacia.

Elena camino con sus tacones taco catorce hacia donde estaba la mujer de cabello blanco, su cabello estaba suelto y estaba usando un apretado vestido de lentejuelas color plateado. Y por supuesto, compartía la misma sonrisa que el estúpido de Sean.

La gran pregunta era: ¿Qué demonios hacia Elena aquí? ¿Y por qué tengo el presentimiento que ella tiene que ver con esto?

-¿Qué demonios haces caqui, Elena?.-Preguntó Alejandro, robándose mi pregunta.

-Yo también estoy invitada a la reunión familiar, hermanito.

Y eso era todo, estaba a punto de vomitar. 

Promises of love. (Segunda parte de Lies network)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora