9. Aaron - "El baúl de los recuerdos" (Segunda parte)

5.1K 819 882
                                    

Bueno, el bendito capítulo de Aaron salió tan largo que tuve que dividirlo en primera, segunda y tercera parte (por eso tardé tanto en actualizar). Esta parte es un poco fuerte, pero la siguiente y última es de las más hermosas de la trilogía.

Espero que disfruten las nuevas partes. ¡Gracias por su paciencia!


🚫


Ha pasado más de una hora desde que Heinns me dejó a solas en su despacho.

No quiso explicarme qué es una regresión ni me dio detalles sobre lo que va a pasar, simplemente me pidió que esperara mientras organizaría lo necesario para la intervención que supuestamente me ayudará, aunque no sé de qué forma.

¿Dejaré de soñar con David y de pensar en él como si fuera una persona menos despreciable? ¿Volverá a ser el monstruo de siempre en mis pesadillas?

O... ¿acaso lo olvidaré por completo?

No, no puedo olvidarlo. No puedo y tampoco quiero. Necesito que pague por todo el daño que ha hecho. Merece sufrir lo que yo he sufrido y que sienta en carne propia el dolor que me ha provocado a mí y probablemente a muchos otros.

No obstante, estoy cansado. Cansado de vivir con tanto veneno, cansado de pensar las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana en alguien tan descorazonado y cansado de esta sed de venganza que no me permite avanzar. No podré ser el líder que el nuevo Arkos necesita si no supero a David; sin embargo, superar es algo imposible en este momento. No lo lograré hasta ver la sangre empapando el suelo a su alrededor. No seré feliz hasta saber que ya no sigue respirando.

Por ahora, necesito dejar de pensar en él de formas completamente diferentes a la realidad. David no es más que una bestia de la peor calaña y, aunque no lo fuera, no está bien que tenga esta clase de sueños y pensamientos sobre otro hombre. Nadie excepto Heinns me creería si le dijera que sueño teniendo intimidad con David sin sentir algo por él. Cualquiera en su sano juicio creería que estoy loco o enfermo.

Me paseo de un lado a otro por el maldito despacho. Ya no me quedan uñas de tanto que las he mordido. Busco algo con lo cual entretenerme mientras espero a Heinns, pero no hay nada; solo papeles y diplomas. Desde las ventanas no se ve más que los edificios cercanos y civiles yendo de un lado a otro sin temor alguno, o al menos así parece.

Me alegra que perdieran el miedo a andar por las calles. Tras los bombardeos que purificaron la mayor parte de nuestra nación, casi nadie se atrevía a salir de sus casas. Les costó demasiado a los gobernadores el convencer a la gente de que la destrucción fue por nuestro bien. Necesitábamos evolucionar, construir un nuevo Arkos y eliminar lo que mi padre llamaba como "obstáculos".

Ahora, con el fin de los movimientos terroristas y de la población opositora, seremos capaces de crear el Arkos que siempre debió ser: uno en donde la gente estuviera a salvo, en donde la natalidad fuese una prioridad y en donde el pueblo tuviera confianza y devoción absoluta hacia sus líderes, quienes solo queremos lo mejor para ellos.

Mis fantasías sobre el hermoso Arkos que construiremos son interrumpidas por el toque de la puerta. Obviamente no se trata de Heinns. Él simplemente entraría.

Me acerco a la entrada sintiendo un escalofrío que me hiela la sangre. ¿Acaso el psiquiatra le habló a alguien de lo que le conté? ¿Es algún protector quien está del otro lado? ¿Es mi padre?

La persona vuelve a tocar, esta vez con mayor insistencia. No dice nada; ni siquiera oigo su respiración. Decido abrir solo porque no soporto la incertidumbre.

Renacidos [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora