El irse luego de aquella charla con su madre no le parecía del todo bien, pero sabía muy bien que no tendría otra oportunidad como esta. Con su papá lejos, podría ir a donde quisiera.
-Mamá yo...- juntó sus manos por debajo de la mesa, moviendo nervioso sus dedos.- Quisiera salir esta noche.
La mujer bebió un poco de té y luego lo miró. Tenía sus ojos un poco hinchados y lucia cansada, pero aún así, le sonrió.
-¿Te verás con Namjoon?- preguntó suavemente.
No podía mentirle a su madre.
Pero temía que si ella se enteraba que iba a salir con un omega, malinterpretaría las cosas.
El solo quería arreglar las cosas e intentar ser amigo de Yoongi.
-¿Hoseok?
-Lo lamento, ando algo distraído.- se excusó.- Si, Namjoon me ha invitado a tomar algo cerca de su casa. Y ahora que papá no está, quisi...
-Puedes ir.- lo interrumpió su madre.- Mientras estemos solos, puedes salir a cualquier lugar que desees mi pequeño sol.
-Gracias, mamá.- se levantó de la silla y la abrazó, tratando de ignorar el hecho de que por primera vez le mintió.
-Pero abrígate, a veces eres tan tonto y sales como si estuviéramos en verano.- lo reprendió, con una sonrisa.
-Está bien mamá, iré con tres sacos si es necesario.- dijo con burla, haciendo reír a la mujer. Besando delicadamente su frente, se separó y la miró a los ojos.- Te amo demasiado mamá.
-Y yo a ti mi pequeño sol, más de lo que imaginas.
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Tomando un pequeño tarro donde guardaba sus ahorros para comprar una consola, retiró hasta la última moneda.
Su xbox 360 podía esperar.
Con esa cantidad de dinero solo le alcanzaba para los viajes en taxi y la cena, le molestó el no tener más dinero para pagar por los daños causados en donde trabajaba el omega. Para su desgracia, su padre era un controlador hijo de puta que no lo dejaba trabajar, sumado a que el hombre parecía disfrutar que tuviera que pedirle dinero cada vez que lo necesitara, le repugnaba la mirada de creída del alfa cuando le tiraba algunos billetes.
Dándose una mirada final en el espejo, y alejando todo pensamiento negativo que arruinaría su buen humor, asintió conforme. Lucía muy bien. No iba a negar que se encontraba un tanto nervioso, al ser esta la primera vez que saldría con alguien que no pertenecía a su muy reducido círculo de amigos, lo llenaba de ansiedad. Su lobo estaba impaciente, como si estuviese dando vueltas y vueltas e intentar calmarlo, le resultó imposible. Bajando por las escaleras se cruzó con su madre, la cual lo miró de pies a cabeza para luego levantar una ceja.
-¡Cuánta elegancia!- dijo sonriente la mujer.
-Ah... yo...- sintió sus mejillas calientes.
-Es broma querido, disfruta tu salida con "Namjoon".- bromeó la castaña haciendo comillas con sus dedos.
