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Magnus


El timbre odiosamente molesto resumbó por toda la casa, me levanté, tomé mi arma y salí de la habitación rápidamente antes de que volvieran a tocar y despertaran a mi garbancito, por fin está descansando como debería, lo que es bueno para los bebés.

Abro la puerta seguro de que mis guardias ya checaron a las personas al otro lado pero en este momento quiero colgarlos del pescuezo. La familia de Alexander está parada todos con una sonrisa hipócrita en la cara, la de los mayores es la peor.

- Buenas tardes Magnus, esperamos no te moleste pero venimos a visitar a Alexander.

Maryse habla tranquila y respetuosa.

- No puedo decir que no me moleste pero ya que estamos siendo educados, adelante.

Me hago a un lado y entran, los hermanos me saludan con un apretón firme y mi cuñada me besa la mejilla.

- ¿Cómo está?

- Un poco mejor, los bebés lo mantienen muy agotado y debido al riesgo de aborto no puede hacer casi nada, sólo se levanta para ir al baño y regresar a la cama.

Todos pierden el color, había olvidado que no lo sabían.

- ¿ Riesgo de aborto ?

Preguntan los padres simultáneamente con la vista desenfocada y un poco perdidos.

- Dijiste que sólo necesitaban cuidados extra.

El pequeño lo dice pero no en forma de reclamo, es más como si tratara de entender porqué dije eso.

- Estábamos frente a Alexander, su estado de ánimo es delicado por las hormonas, no podíamos decirles o se pondría peor.

- Tienes razón, su salud y la de los bebés va primero.

Sorprendiendo a todos el que habla es el padre, tiene una mirada determinada, ha cambiado su actitud, es como si estuviera frente a otra persona.

- ¿Podemos verlo?

- Estaba durmiendo pero déjeme revisar si sigue así.

Asienten y subo las escaleras, cuando entro Alec está observando la habitación.

- ¿Quien llegó?

Nunca pensé que su voz sonara muy enérgica antes pero ahora siento que ha perdido un poco de chispa aunque sus ojos me dicen lo contrario.

- Tu familia.

Sonríe y sé que le ha gustado que vinieran.

-¿ Pueden pasar?

- Claro que si, espera.

Salgo al pasillo y a las escaleras, les grito que pueden subir y conociendo a mi hombre regreso para acomodarlo un poco más erguido en las almohadas. Me sonríe en agradecimiento. Ellos entran y mantienen su expresión neutra en primer instancia y luego componen una sonrisa, me caen mejor ahora.

- Hola hijo, ¿como te sientes?

- Bien mamá, y ustedes que tal.

- Extrañandote todos los días, he oído que son gemelos,¿ que tal lo llevas?

- Aún son tranquilos, pero me mantienen con hambre, sueño y un poco de cansancio.

- Así son los bebés cariño, tu madre cuando te tenía en su vientre no paraba de dormir, apenas podías sacarla de su cueva.

Alec ríe un poco y los demás también, ahora si puedo ver un pequeño atisbo de la familia que pudieron haber sido de no haber interferido la política. No quiero ser así con mis hijos, tengo el suficiente dinero para vivir todas las vidas de un gato con los mayores lujos así que si un día las cosas comienzan a ser tensas dejaré la mafia y me dedicaré a mi familia.

Vete a la Mierda (#malec)Where stories live. Discover now