Capítulo 13

3.3K 203 4
                                    

Al entrar en la casa, _____ se sintió invadida por la nostalgia. Olía a tarta de manzana y a rosas. Cuando vivía allí, le parecía un olor mustio, antiguo, pero en aquel momento...

Todo estaba como siempre: el sofá de flores, un poco más usado, las mesitas de roble, la librería con libros colocados por tamaño, el revistero...

En las paredes, fotografías familiares. Y sobre la televisión, un cuadro suyo. Era un cuadro impresionista, lleno de color, con unos caballos... o algo que parecían caballos, galopando por el bosque.

-¿Conservas esto?

-Claro que sí, hija. Lo hiciste tú.

De nuevo, se le encogió el corazón.

-¿Dónde está papá? -preguntó entonces.

Lo que no podía preguntar, porque Donna se lo pidió, era cómo estaba. Supuestamente, ella no sabía nada del infarto.

-Creo que se está echando la siesta, cariño. No sé si Donna te ha contado que... bueno, que ha sufrido una pequeña operación. Está tomando calmantes para el dolor.

Su madre llamaba «una pequeña operación» a una angioplastia, como si le hubieran quitado un callo. Estaba haciéndose la fuerte para no asustarla.

-Pero mamá...

En ese momento oyeron una campanilla. 

-Ese es tu padre. No veas cómo se está aprovechando del asunto. ¡Voy, cariño! –gritó su madre-. No le preguntes por la operación, no le gusta hablar de ello. Ya sabes cómo es. 

-Muy bien -murmuró _____.

-Quiero un helado de vainilla con chocolate -dijo su padre, antes de que entrasen en la habitación.

-Por favor, Harvey. No te han quitado las amígdalas. ¡Mira quién ha venido a verte! 

-Hola, papá.

-¡_______! Mi niña, ven aquí.

_____ lo abrazó con cuidado, pero no parecía frágil en absoluto, todo lo contrario. Con sobrepeso, además. Le gustaba abrazarlo. En su infancia hubo muchos abrazos, pero al llegar a la adolescencia sus caminos se separaron. ¿Por qué estuvo tan enfadada con él? ¿Por qué se había metido en tantos líos?

-Me alegro de que hayas vuelto a casa.

-Teníamos que venir, papá -empezó a decir _____, pero luego recordó que no debían hablar de la operación-. Ya era hora de pasar por Copper Corners.

-¿Y qué has hecho con la boutique?

-La he cerrado durante unos días.

-No sé por qué tienes que seguir trabajando -intervino su madre-. Con un médico en casa...

-Así que este es el hombre que ha robado el corazón de mi hija -exclamó su padre.

Luke estrechó su mano.

-Encantado, señor Miller. Yo soy... esto... Warren.

-¿Estás seguro, hijo?

-Sí, claro.

_____ se asustó, pero su padre soltó una carcajada.

-Tranquilo, Warren. No soy tan fiero como _____ te habrá, contado. Me alegro mucho de conocerte.

- ¡Hola!

Era su hermana Donna, con un traje de chaqueta y el pelo divino. No había cambiado nada.

-Esperaba verte vestida de cuero negro, con pendientes por todas partes -dijo, abrazando a _____.

-______ ha crecido. Esos días han quedado atrás -sonrió su madre-. Gracias a Dios.

-¡Y tú eres Warren! ¡Qué alegría conocerte por fin!

-Lo mismo digo -intentó sonreír Luke.

-Warren, más tarde me gustaría consultar contigo cierto asunto -intervino su padre.

-Bueno, yo... mi especialidad es -Luke miró a _____, que le devolvió la mirada, aterrorizada. ¿Cuál era su especialidad?

-Necesitamos al tío Warren áhora mismo - gritó Shelley entonces, con las manos en las caderas.

-¿Te importa jugar con ella un rato, Warren? -preguntó su hermana.

-No, encantado.

Por su expresión, si Donna le hubiera pedido que matase un pollo con sus propias manos, lo habría hecho con tal de salir de allí.

-¿Qué tal el trabajo, cariño?

-Muy bien -contestó Luke, aceptando la tacita que Shelley le ofrecía. Le dolía el trasero de estar sentado en una silla diminuta, pero decidió no protestar.

_____ andaba por allí poniendo la mesa. Estaba irreconocible. La _____ del chaleco de cuero, la que bebía cerveza en el coche y bailaba en un bar se había transformado en una dulce y obediente hija para quien hablar de recetas parecía ser el tema más fascinante del mundo. Completamente surrealista.Y él era su marido. ¡Su marido! Hacer de paciente mental en un bar de carretera era una cosa, pero mentirle a sus padres...

«Éste es el hombre que ha robado el corazón de mi hija», había dicho su padre.

No podía seguir tomando parte en aquella charada. Imposible.

-¿Por qué no sujetas al niño? -le preguntó Shelley, que intentaba colocar a Byron en sus brazos.

El crío lanzó un chillido que lo dejó sordo.

-Bueno, bueno...

-Tienes que acunarlo -insistió la niña.

En aquella casa, todo el mundo le pedía que hiciese algún papel: marido, tío, yerno médico... y a él no se le daba nada bien.

Una farsa de amor [Luke Hemmings] (Terminada)Where stories live. Discover now