Capítulo 26

2.9K 201 2
                                    

Pero en cuanto entró en el vestíbulo supo que no había nada de qué preocuparse. Era una casa llena de color, con muebles raros... incluso había colgado algunos de sus cuadros.

-Encantado de volver a verte, ______. El día de la boda apenas pudimos hablar -la saludó Nathan.

Porque no soltaba a Jenna, claro. Y tenía razones para estar nervioso. Al fin y al cabo, su amiga lo había dejado plantado en el altar unos años antes.

-Hola, Nathan. Tenéis una casa preciosa.

-Gracias, ______. Y tú eres el invitado de honor, ¿verdad? Hola, soy Nathan, el marido de Jenna.

Un perro, una especie de san bernardo gigantesco, se acercó corriendo, les olió un poco y desapareció por la escalera.

-Menudo perrazo.

-Se llama Maynard. Jenna decidió que me sentía sólo y lo trajo para que me hiciera compañía. Maynard la adora... como yo.

-¡Llegáis temprano! -gritó ella, saliendo del baño con el secador en la mano.

-No llegamos temprano, lo que pasa es que tú no has terminado de arreglarte, como siempre. Y no sabes cómo me alegro -rió ______.

-Enseguida vuelvo. Voy a terminar de alisarme el pelo. No digáis nada interesante hasta que vuelva.

-¿Os apetece un martini? -preguntó Nathan.

-Sí, gracias.

-¿Sabéis que mi mujer hace los mejores martinis de Copper Corners? De color rosa, eso sí.

- ¡Ya estoy, ya estoy! -gritó ella, entrando en el salón unos segundos después.

-Bueno, ¿y cómo van las cosas con los Miller, Luke? -preguntó Nathan.

-Por ahora, bien -contestó él.

-Todos están impresionados. Si no fuera por su problema con la bebida... -rió ______.

-¿Qué problema con la bebida?

-Nada, nada. Es que, como te hice beber cerveza el día que llegamos a Copper Corners, mi padre está convencido de que empinas el codo.

-Por favor...

-Y, además, piensa que estamos muy nerviosos.

-Es que estamos nerviosos. Pero tus padres se preocupan demasiado.

-Deberías haberlos visto cuando íbamos al instituto -rió Jenna.

-Entonces eran muy rebeldes -intervino Nathan-. Y yo conocí a Jenna en el peor momento.

-Estaba buscándome a mí misma. Fue entonces cuando ______ y yo nos fuimos a Phoenix.

-Dejándome plantado en el altar.

-Bueno, primero me dejaste plantada tú a mí.

-De eso nada. Mi coche se averió...

-Lo sé, tonto -sonrió Jenna, abrazando a su marido-. El caso es que nos fuimos a Phoenix y nos hicimos tatuajes para demostrar lo libres que éramos. Yo me hice una mariposa y ______... ¿has visto el de ______?

-Pues... no.

-Enséñaselo, tonta.

-No, gracias -replicó ella.

-Bueno, como quieras. Por cierto, ¿qué vas a ponerte para el baile?

-Un vestido negro de cóctel.

-¿Un vestido negro? De eso nada. Yo tengo algo perfecto para ti. Espera un momento -dijo Jenna, saliendo de la habitación. Un momento después volvió con un bustier de encaje negro, una minifalda de cuero y una boa de plumas. Su disfraz de Madonna.

-No pienso ponerme eso.

-¿Por qué no? ¿No te gusta, Luke? 

-Pues... no sé.

-No voy a ponérmelo -insistió ______.

-Es bueno recordarles a los ciudadanos de Copper Corners que hay otras formas de vivir. 

-¿Por qué no te lo pones tú, lista?

-Pues a lo mejor lo hago. ¿Te gustaría, Nathan?

-Lo que tú digas, amor mío -sonrió él, besándola en el cuello.

Luke y ______ se miraron y después volvieron la cara, incómodos.

-Ay, perdón. Es que últimamente estamos un poco tontos. Pero vosotros también podéis hacer manitas -rió Jenna.

-¡Nosotros no hacemos manitas! Luke está prometido.

-¿Qué? Eso no puede ser, Luke. Pero si no apartas los ojos de ______... .

- ¡Jenna! Luke me está haciendo un favor, nada más. Y después se irá de excursión en moto.

-¿Te gustan las motos? -preguntó Nathan.

-Mucho -contestó él-. Pero vendí la mía hace tiempo.

-Jenna y yo tenemos una. Si quieres, te la podemos prestar. Con tanto trabajo, apenas nos queda tiempo para hacer nada... y dentro de poco, tendremos todavía menos -sonrió el marido de Jenna, tomándola por la cintura.

¿Qué estaba pasando allí?, se preguntó ______. Entonces se dio cuenta de que Jenna no estaba bebiendo. 

- ¡Estás embarazada!

- ¡De ocho semanas! ¿No es maravilloso? Ni siquiera se lo hemos contado a mis padres.

- ¡Qué alegría! -exclamó ______, abrazando a su amiga.

-Enhorabuena -dijo Luke.

Veinte minutos después, Jenna los había convencido para que diesen una vuelta en la moto mientras ella terminaba de preparar la cena. Además, insistió en prestarle a ______ unos pantalones y una chaqueta de cuero negro.

____________________

Y se acerca la dichosa fiesta jdjdjdj e.e

Espero que les guste XO

Una farsa de amor [Luke Hemmings] (Terminada)Where stories live. Discover now