D i e c i o c h o . 💞

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Tal vez no sepa mucho de las relaciones sexuales, pero no es necesario ser un genio para saber qué hay que hacer.

—¿Y si me duele?— pregunta el más bajo con nervios.

—Al principio supongo que va a dolerte, pero no creo que sea siempre porque si no la gente no lo haría— se encoje de hombros.

—Bien. Pero prométeme que serás cuidadoso— exhala aliviado.

—Prometido—

Erick ya más relajado, se recuesta completamente en la cama, y su novio se acomoda entre sus piernas.

—Si lo hago mal, solo no termines conmigo por favor— susurra contra su boca.

—Mejor cállate y bésame— lo acerca a su boca.

Su lengua se introduce de inmediato en la cavidad bucal de el ojiverde, sintiendo como se roza con la del más bajo.

Continúa moviendo sus labios, al tiempo con que va tanteandolo. Supone que tiene que meterlo ahí, así que lo hace. Se separa de su boca y mira hacia abajo, tratando de atinarle al hoyo.

—Aquí voy— avisa metiendo solo la cabeza de su polla.

Erick chilla bajito, le arde. Pero lejos de ser una sensación desagradable es algo que extrañamente lo excita.

Joel jadea con la voz altamente ronca, su punta está siendo apretada y se siente tan bien.

Nota que en su rostro, ya no existe ningún rastro de presión, así que continúa deslizándose con lentitud, gimiendo internamente por lo apretado que está y lo cálidamente placentero que se siente estar en su interior.

El ojiverde aprisiona su pene, involuntariamente, se podría decir. Sus músculos se contraen por si solos, como si nunca quisiera dejarlo salir.

—¿Estás bien?— cuestiona mirándolo, como tiene los ojos cerrados.

—Me arde— se queja aún sin abrir los ojos.

—¿Lo dejamos para otro día?—

—No, solo escupeme, ponte crema ahí o yo que se, algo para que resbale sin que duela—

Asiente con la cabeza, saliendo de poco en poco de él.

Erick jadea con incomodidad cuando ha abandonado completamente su interior. Tiene un vacío, que lo hace sentir extraño.

Escucha como su novio escupe, y al abrir sus ojos, nota como mueve su mano al parecer lubricada, al rededor de su pene.

Se ve tan caliente.

—Ahi voy, bebé— avisa acercándose de nueva cuenta.

Vuelve a entrar, esta vez con más facilidad. Erick grita.

Joel se mantiene hasta el fondo.

—Voy a moverme— avisa intentando circularmente.

El más bajo siente como su agujero se expande poco a poco, tan rico que su erección comienza a notarse más.

—Sacala— susurra bajo.

—¿No te gusta?— responde con un ligero tono de decepción.

—Sacala y vuelvela a meter. Se siente bien cuando haces eso— sonríe con sus mejillas rojas.

El rizado le hace caso. Mueve sus caderas de atrás hacia el frente, sacándolo y metiéndolo todo, haciendo chocar sus bolas contra los lindos glúteos de su novio.

Las manos de Erick de posicionan sobre las nalgas de Joel, pellizcandolas cada que toca un placentero punto dentro de él.

Siente como su pene late dentro de él con desesperación, y al poco tiempo una explosión líquida lo llena por completo. Grita tal vez muy alto, al sentir lo caliente de la consistencia, simultáneamente cuando Joel jadea con fuerza al vaciarse ahí.

—Te ayudo— susurra a centímetros de su boca.

—¿A qué?— contesta el ojiverde.

—No es él que, es el dónde— responde con una sonrisa acariciando su erección, aún manteniéndose dentro.

—Se siente bien— muerde su propio labio, mientras expresa con sus uñas, lo bien que Joel lo hace, encajandolas en su espalda.

¡Odio San Valentín! ¡! TerminadaWhere stories live. Discover now