Capítulo 15: Tomando decisiones.

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- Mira Ade, ya casi no están hinchadas. – Decía mi hermana con una sonrisa.

El móvil sonó, pero decidí ignorarlo.

- ¿Es tu amigo? – Yo sonreí y asentí. - ¿Vas a volver con papá el lunes a su casa? – La pequeña de 7 años me miraba un poco entristecida.

- No sé, dejé a mis amigos allí sin ninguna explicación.

- Yo quiero conocerlos. – Dijo sonriente y de mi labios tiró una pequeña sonrisa.

- Algún día, cielo, venga desayuna, ya es tarde. Vas a mezclar el desayuno con la comida.

Me quedé allí un rato más esperando a que llegara mi padre para quedarse con Carla. Sinceramente estaba muy indecisa respecto a la decisión de irme o no con mi padre de nuevo. Echo de menos a los chicos, a Ros, a Austin, pero sobre  todo a Harry y es algo que ya no puedo esconder más, por mucho que lo intente. Me llama todos los días, pero esta semana quería tomármela para meditar y ordenar mis sentimientos.

Me propuse algo. Llegué aquí sábado en la madrugada, y Harry no hacía más que llamarme. Una vez mi hermana estuvo estable, él siguió llamándome, pero yo no quise devolverle las llamadas. De esta decisión hace como tres días. Espero no arrepentirme de esto algún día.

El resultado del experimento es: que me acuerdo de Harry a todas horas del día, incluso cuando estoy con mis amigas. Es una sensación de necesidad la que siento ahora de coger el teléfono y escuchar su voz ronca y lenta. Solo con su voz me siento protegida, ajena al mundo, se me olvida el dolor y los problemas.

Es la necesidad de que me diga que quiere que vuelva, y que tiene ganas de verme. Que me diga que tenemos asuntos pendientes por aclarar. Fijo que me besó a posta para obligarme a volver. Sonreí ante lo último que había pensado cuando ya estaba en mi habitación, mirando el poster de mi pared. "Yo habría hecho lo mismo que él."

La única forma de comunicarnos que aceptaba en mi experimento era Twitter. Yo escribía algo y él contestaba con otra cosa. 

Decidí despejarme un poco la cabeza. Me puse las mallas de deporte y una camiseta, unos deportivos de correr y até mi pelo una coleta alta. “Tengo que cortarme el pelo” pensé mientras intentaba hacérmela. Tengo el pelo muy largo ahora, y domiarlo es casi imposible.

Mientras corría por mis auriculares sonaba Supersubmarina. Necesitaba algo movido para poner en marcha de nuevo mi estado físico y por qué no, también de humor. Mis amigos me habían estado sacando prácticamente todas las noches desde que mi hermana salió del hospital.

Escuché pasos a mi lado y cuando giré mi cabeza pensé que había sido la peor elección del mundo. Intenté evitarlo, no volver a mirar, pero él ya me estaba mirando y me decía que parara.

- ¡Para ya, joder! – Gritaba Borja, la verdad es que estaba cansada y tenía que parar en algún momento.

- ¿Qué quieres? – Dije quitándome los auriculares.

- Pensé que ya estarías de vuelta en Londres, escuché que tu madre te mandó con tu padre hace un par de semanas. – Asentí. – Y también que tu hermana ya está bien. – Volví a asentir. Capullo, ahora vas de bueno. - ¿Solo vas a asentir? – Dijo acercándose a mí y yo retrocedía a la vez.

- Déjame. – Comencé a andar. Si me enfrío sufriré de agujetas y no lo haré por este individuo.

Este capullo es mi ex, con el que estuve 2 años y medio y me puso los cuernos con una zorrita en una discoteca. Lo peor es que no iba borracho, pero es que para colmo no fue solo una vez. En cuanto me enteré de esto le dejé borrando todo de él, incluidos mis sentimientos, que se esfumaron dejando una sensación de asco hacia él.

Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora