capitulo 5

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Narra Grecia:

-Te ves magnifica-me aduló la madre de Josephine. 

<<<Si me veré hermosa casandome con un idiota en contra de mi voluntad>>
volví a mirarme en el espejo.

Mucha gente está invitada... podría apostar que todo el pueblo, e incluso, los pueblos vecinos también están invitados.

No es un hecho cualquiera, los hijos de dos importantes militares se casan.

¡Eso es algo que da de qué hablar en estos tiempos!

-Mucha gente estará ahí, debes comportarte-murmuró mi madre-respetan mucho a tu padre y a Harold.

-Lo sé, madre...

-Y a Roman también lo respetan... sobre todo los jóvenes, y muy pronto los mayores también lo respetarán. Los generales, los comandantes... ¡Todos! Te casarás con un muy importante teniente, mi vida.

Rodé los ojos <<si , aja como digas madre>>

-Y nada de esos gestos, debes lucir bien, fresca, enamorada.

[...]

Las piernas me temblaron cuando paramos frente a la iglesia.

Mi papá sonreía e hinchaba su pecho.

-Que hermosos hijos darás...-murmuró palmeando el dorso de mi mano.

Casi me atragantó con mi propia saliva

Se bajó del gran auto negro y adornado. Me tendió la mano, miré al chófer.

Me aferré a los asientos del auto.

-Papá-balbuceé.

Me tiró de la mano.

-No empieces con estupideces-gruñó.

El velo cubrió mi cara.

-Papá porque tengo que casarme tu puedes protegerme y ....-supliqué.

-Suficiente-gruñó.

Me arrastró a la iglesia, todos se voltearon a ver a la "despampanante" novia.

Me comporté. Sólo porque la gente no tiene que ver lo que pasa con el 70% de los matrimonios.

Una mujer cae. Una mujer comienza a ser infeliz, porque la casan sin permiso, sin amor. Sin compasión.

Llegué frente a mi futuro esposo, me examinó con la mirada.
No me di cuenta cuando llegamos al altar .

Mi padre tendió mi mano hacia él.

De inmediato mi instinto fue alejar la mano, pero sólo logré encoger un poco los dedos.

-Cuídala-murmuró mi padre.

Roman tomó mi mano y le sonrió a mi padre.

-Con mi vida- y asintió.

Lo miré a través del velo.

Las palabras de el sacerdote se me hacían nada, repetí todo lo que hizo que repitiera. No omití ninguna palabra. Ninguna sola.

Por temor a lo que pudiese pasar luego, cuando esté sola con Roman.

-Puede besar a la novia.

Se me corté la respiración, miré a Roman, él levantó suavemente mi velo.

Acarició mi cara, como si realmente me apreciara.

Me miró a los ojos y las comisuras de sus labios subieron en una engreída sonrisa.

Se acercó a mi y juntó sus labios con los míos.

Sentí los abucheos de todos los otros militares y los suspiros de sus acompañantes.

Se separó de mi y sonrió.

[...]

-¡Que vivan los novios!-gritaba la gente.

-Espero que sepas bailar, y no tengas dos pies izquierdos, como lo he estado creyendo hasta ahora-susurró en mi oído.

La piel se me erizó. Idiota.

Un vals comenzó a sonar, Roman me atrajo hasta su fibroso cuerpo, su mano fue a parar en mi espalda, sosteniéndome como muñeca de trapo, besó mi frente y fingió estar totalmente enamorado. Pero se necesitan 2 para bailar el vals , así que juguemos a la hipocresía.

Sólo quiere meterse entre mis piernas.

Me apoyé en su pecho y cerré los ojos, mostrándome como aliviada de tenerlo cerca.

¡Dios mío! ¡No! , estaba lejos de sentirme así .

[...]

Los meseros iban y venían, ofreciendo tragos, picadillos y demás.

Ya nos habían tomado muchas fotos, cosa que es muy costosa... ¡Quizá cuánto dinero gastaron mis padres en todo esto! Mejore

Si consiguieron dinero para todo este montaje por que mejor no lo invirtieron en una buen sistema seguridad para la casa en vez de atarme a Román.

Es que, por Dios es sólo una boda... que probablemente durará muy poco.

-Grecia.

Me sobresalté.

-Bueno… es tarde-murmuró Jo-escuché que Roman se despedía de sus compañeros.

-Ay no-balbuceé.
-Amiga, ¿Te acostarás con él? Bueno se que es obvio pues es tu esposo , y si no es hoy será luego pero a la verdad no fue así como imaginamos tu vida de niñas -susurró.

-Tengo miedo-susurré de vuelta.

-Amiga, sólo relájate. Y deja que todo fluya... síguele la corriente. No dejes que te lastime, detestaría verte amoratada.

Suspiré.

-Grecia-me giré al escuchar su ruda voz.

-Vamos, ya es tarde... estoy cansadísimo. Y debemos viajar.

-¿Viajar?-pregunté curiosa y cansada

-Luna de miel-se encogió de hombros.

[...]

-Me hubiese gustado salir del país, pero dado las condiciones mundiales... y mi puesto en la milicia... debo estar cerca.

-Así está bien-murmuré viendo las Cataratas del Niagaraaunque estas están en la frontera entre Canadá y Estados Unidos.

Abrió la puerta de la cabaña, froté mis brazos y entré.

-Prenderé fuego -murmuró.

Suspiré.

-¿Dónde está el baño?

-No lo sé, búscalo-murmuró agachándose frente a una caja llena de troncos cortados.

Para mi suerte, la primera puerta en el pasillo era el baño, me metí ahí y me saqué el elegante vestido con el que viajé.

Demonios, qué estoy haciendo...

-Roman lo  llamé.

-¿Si?

-¿Puedes…? ¿Puedes traer mi maleta?

-Si, enseguida.

Sentí sus pesados pasos fuera de la cabaña, abrió la cajuela del auto y luego de un rato volvió a entrar.

Tocó la puerta del baño. Demonios, estoy desnuda.

Tomé la toalla que descansaba sobre el mueble y me tapé, abrí la puerta.

Me miró de pies a cabeza.

-Puedes dejarla ahí-susurre algo nerviosa por su mirada  y el sonrió.

Dejó el bolso al lado de la puerta y se fue.

-Tranquila, no pienso obligarte a nada-murmuró.

Cerré la puerta rápido rápidamente y suspire

¡Demonios!
..........

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora