Capitulo 14

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Narra Grecia:

Intenté ponerme los zapatos, pero no veía ni alcanzaba mis pies, así que era un gran desafío. Gracias al cielo, Roman apareció en la habitación y me los puso.

-Ya vamos atrasados, Grecia- gruñó.

-Esos eventos nunca empiezan enseguida, no tienes por qué gruñir tanto.

-Pero soy un capitán, se supone que debería estar ahí hace una hora.

-No seas dramático. Eres capitán, no un general.

Eso realmente lo ofendió. Pero no
dijo nada, creo que se cansó de
pelear tan seguido esta semana.

[...]

-Capitan- enseguida una hilera de soldados se quedaron rígidos y saludaron a su superior.

-Descansen- ordenó Roman, enseguida bajaron sus manos.

Bueno, si le tienen respeto. ¿Será realmente porque es buen militar o es por su padre?

Caminé enganchada del brazo de
Roman, llegamos a una mesa que
tenía el apellido de Roman y el mío.
Nuestros padres ya estaban
sentados.

-Llegan muy tarde- gruñó Jenny.

-Si, digamos que tuve que prácticamente vestir a Grecia.

Lo fulminé con la mirada.

-Hoy conmemoraremos 164 años
de ser esto, un gran país. Sólido, fuerte y además económicamente un monstruo.

No se quién es el que está hablando, pero no me interesa realmente estar aquí.

Un 4 de Julio debería celebrarse en casa, con familia y comida... y algún que otro trago. Además, se supone que yo no debía salir de casa.

Intenté concentrarme en lo que
decía el hombre sobre las distintas
batallas peleadas por el país, pero
la panza se me ponía rígida y luego
se relajaba, y eso duele mucho.

Arrugué la nariz y apreté mi pierna, Roman me miró. Se le ve preocupado , como si sentirse que me siento mal. Y eso es mucho decir ya que los hombres no se dan cuenta de casi nada . Me preparaba para reirme de mi propio chiste cuando mi estomago vuelve a darme una sacudida.

-¿Qué pasa?

-Quiero ir a casa.

Enseguida su cara cambió totalmente a una de furia. Tal vez pensara que finjo  para no estar aqui. No quiero estar aqui pero no me voy a inventar algo asi estando embarazadas.

-Estamos celebrando, Grecia. No iremos a casa.

-Has estado tan gruñón estos días-
susurré- se supone que yo debía
quedarme en casa.

-¿Pasa algo?- preguntó mi mamá.

-Nada- murmuró Roman.

-Creo que ya debemos irnos- murmuré.

-Pero que mala invitada, creo que
a la próxima deberás venir sin ella-
murmuró Jenny- eres capitán, no
puedes faltar a estos eventos.

-Ya hablaremos en casa- gruñó.

[...]

Mojé mi cara en el baño y apreté el
papel secante.

Demonios, ¿Qué le pasa a este
bebé? ¿Estará bien? ¿Le sucederá
algo? ¿Será normal sentir que se
me pone rígida la panza y luego
suelta? Y eso muy seguido además.

Salí del baño y caminé por entremedio de las mesas llenas de militares.
Iba llegando a mi mesa cuando no
pude seguir caminando.

Me apoyé en alguien y apreté los
ojos.

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora