Capitulo 10

1.9K 99 27
                                    

Narra Grecia:

-Te llegaron las flores que te mande-murmuró Román con una sonrisa.

Así que las flores si las envió el... pero lacarta claramente no.

-Si- sonreí.

-Pase por una librería y vi esto- memostro el libro- "el moro" de Otelo.

Sonreí.

-Bien, veremos que tal.

Definitivamente John causa en mi mariposas, de esas que no suelo sentir con Román.

Pero Román hace que mi interior lo pida a gritos dentro de mí.

A pesar de que mi primera vez no fue para nada un momento excitante.

Pero algo tiene Román que hace que mis bragas se mojen, no sé si será la mirada, el cuerpazo que tiene, algo de carácter, o quizá es todo junto.

-Mañana debemos ir a la iglesia muy temprano- bufe.

-Apuesto a que a Dios no le importará mucho si nos atrasamos por intentar darle más seguidores- tocó mi pierna.

Rei.

-¿A qué te refieres?- mordí mi labio.

Tomó mi mano y me paró del sillón, me guio por las escaleras, llegamos a la segunda planta, entramos en la habitación y cerró la puerta con seguro.

Me beso y me apoyó contra la puerta.

Su mano fue a parar a mi pierna, la subió lentamente.

-Este vestido es muy corto- susurro contra mis labios.

-Es para que cueste menos sacarlo-jadee.

Me quitó el vestido y beso mi clavícula.

Lo que hizo luego no se si fue un pecado o algo por el estilo, pero apuesto a que a Dios le gusta que sus seguidoras sean felices.

Cerré los ojos y mi boca se abrió instintivamente, solté un gemido, aprete el brazo de mi ardiente esposo. Su mano se adentró aún más en mí.

Jamás había escuchado que esto se hiciera en el sexo, sabía que sólo debían... meterte el... eso que le cuelga a los hombres.

Pero jamás dedos.

Sea correcto o no, se siente realmente bien. Me tiró sobre la cama, se sacó la camisa, luego el pantalón. Me miró con sus profundos ojos de color, me derretí.

Se puso lentamente sobre mí. Abrió mis piernas y rápidamente se adentró en mi, grite y aprete las sábanas.

¡Dios!

¡Si siempre será así entonces estoy dispuesta a formar una nación con este hombre!

Arañé su cuello y gemí.

-Me vuelves loco, Grecia- gimió.

¡Y tú a mil ¡Pero no puedo aceptarlo!

[...]

-Está muy risueña hoy, señorita- dijo elcura.

Rei.

-Con permiso- asentí, me persigné al entrar en la iglesia, Román hizo lo mismo.

Román, con su mano en mi cintura me guio hasta nuestros puestos habituales.

-Qué hace aquí- susurro para él mismo.

Fruncí mi ceño.

-¿Qué?

-Nada- me sonrió.

Beso mis labios y miro para el frente.

Me quedé tiesa cuando vi a John, le pedí disculpas con la mirada. Ni siquiera sé por qué lo hice, estoy casada con Román, no con él.

Es correcto que bese a mi esposo. Sobre todo cuando ayer me hizo pasar una noche espectacular cuando pensé que el sexo era una cosa horrible.

[...]

Román conversa con su padre y el mío.

Mi madre compra flores al frente, Natasha y Jenny conversan cerca del auto de Harold.

-Te ves radiante hoy.

John- mir' atrás mío, Román está distraído- no nos puede ver Román.

-Ya nos ha visto- se encogió de hombros- no estamos haciendo nada malo.

-No podemos ser amigos- me disculpe-por favor no me metas en problemas.

-Grecia, no estamos haciendo nada malo.

-John, por favor- suplique.

-No te alejes de mi- murmuro.

Me sorprendí.

-Es duro estar enamorado de la mujer de otro. 

-No puedes estar enamorado de mi- reí levemente- no nos conocemos.

-¿No crees en el amor a primera vista?

¿Has leído Romeo y Julieta?

Me sorprendi.

-Yo soy un Capuleto, tú una Montesco... y tu esposo es el Conde Paris.

Reí y mire a otro lado.

-Lo siento, pero en esta ocasión Julieta y Paris sí se casaron.

Me gire para caminar en dirección a Román.

-Grecia- tomó mi mano.

-Grecia- sentí su dura voz detrás mío. Cerré los ojos y me quejé en silencio.

-Crei haberte dejado claro que no te quería ver cerca de mi mujer y a ti que no te acercaras a este idiota- me tomó con fuerza del brazo y me

arrastró a su auto.

[...]

-¡Creí habertelo dejado claro!

-Román, puedo explicarlo.

-¡Logras hacerme enfadar, mujer! ¡Me prometiste que no volvería a pasar!

-¡No estaba haciendo nada malo! ¡Estábamos hablando! ¡Él es mi amigo!

-¡GRECIA! ¡No puedo soportar como sus ojos te recorren! ¡Eres mi mujer!

-¡Si! ¡Lo soy- solloce asustada cuando levantó su mano- ¡Soy tu mujer, Román!

Me tomo del cabello.

-¡Entonces por qué sigues desafiándome!

-No se volverá a repetir, no se volverá a repetir- suplique.

-La primera es una advertencia, Grecia, la segunda lleva castigo.

Me separe de el rápidamente.

-¡No puedes hacer esto, Román! ¡Él es mi amigo! ¡Tú tienes amigas!

Sentí su mano estrellarse contra mi , esta enseguida comenzó a arder. Mis manos rápidamente taparon mi mejilla, fue instintivo.

Levantó su dedo frente a mí.

-No quiero que salgas de esta casa en una semana, es una orden.

****************************************************

(N/E)

no me maten es que me fui de vacaciones 

1939Donde viven las historias. Descúbrelo ahora