Capitulo 1: El Niño Que Fue Olvidado

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Dolor. Era todo lo que podía sentir en este momento mientras volvía poco a poco al mundo de los vivos. Pero dicho dolor no provenía de una dolencia física, sino sentimental, su corazón había estado gritando en agonía día tras día durante los últimos 3 años, pero los últimos meses habían sido de lejos el peor suplicio que había experimentado jamas. Desde la caída del mayor mago oscuro del siglo, Lord Voldemort o como lo llaman la mayoría de la población mágica, "el-que-no-debe-ser-nombrado", su vida había empeorado gradualmente hasta convertirse en una tortura diaria.

Harry James Potter, esa era el nombre del niño que había sido victima de su propia familia. No os equivoquéis, jamas sufrió maltrato físico, sufrió algo mucho peor, negligencia. Las heridas del cuerpo pueden sanar fácilmente, ya sea por una poción o de forma natural, el daño hecho al corazón, eso ya era harina de otro costal. Desde de que su hermano Charlus Lilian Potter venció, por así decirlo, al señor oscuro se había convertido en el centro de atención, tanto dentro como fuera de su casa. Los magos de todo el país, llenos de gratitud, lo reverenciaban como a un héroe y empezaron a llamarlo "el-niño-que-vivió". La publicidad y la fama que recibió su hermano no solo se extendía a su propia persona, sino también a sus padres dejándolo a él en segundo plano. En el momento no le importaba todo eso, lo único que quería era olvidar esa noche, donde oyó con sus propios oídos como moría su abuelo Charlus Sr. en el piso de abajo de la casa donde se habían escondido en el valle Godric y lo que es peor, vio con sus propios ojos como su querida abuela Dorea murió pidiendo piedad por la vida de su hermano y la suya propia. Por desgracia era un recuerdo que jamas olvidaría, su hermano tenia el recuerdo de esa noche en la forma de una pequeá cicatriz en forma de rayo en su frente, su cicatriz, la llevaba en la espalda. Cuando el niño de 4 años se puso encima de Charlus en un intento desesperado de protegerlo de ese monstruo, el mago oscuro se divirtió marcando su espalda lenta y dolorosamente antes de sacarlo de en medio. El resultado fue una larga y continua cicatriz que se extendía de izquierda a derecha haciendo varias curvas y piruetas por toda la parte superior de la espalda acabando en su hombro derecho donde se podía distinguir la cabeza de una serpiente con la boca abierta. Por extraño que pareciese, Voldemort se tomo su tiempo y fue muy meticuloso con su tortura dejando una marca macabra, pero no por ello menos elaborada, muy similar al tatuaje de una serpiente grabada a fuego en su cuerpo.

Ese fue un momento traumático para la joven mente del niño y lo único que deseaba era estar en los brazos de su madre, pero no podía ser, por un lado estaban las muertes de sus abuelos y por otro su atención estaba plenamente en su hermano pequeño. No le gustaba pero lo entendía, era un momento difícil para su familia, incluso el pequeño podía parcialmente entender sus motivos y estuvo dispuesto a callar por el bien de su familia. El problema vino cuando su opinión se tuvo cada vez menos en cuenta, poco a poco su presencia se hizo cada vez menos notable en casa e incluso fuera de ella, sus padres se dejaron atrapar por la fama del momento dejando de lado su primogénito y centrándose enteramente en Charlus. Esa negligencia pronto se convirtió en abandono y finalmente su presencia dejo de ser notada.

El pequeño Harry hizo todo lo posible por llamar la atención de sus padres, centrándose en sus auto-estudios en diversos temas tanto mágicos como muggles para hacer orgullosos a sus padres, asiendo hazañas increíbles de magia accidental dignas solo de los mas grandes magos a tierna edad, todo ello en vano. El joven Potter solo pudo ver dolorido como su familia lo dejaba de lado impotente ante su situación. Incluso en sus cumpleaños, a pesar de haber nacido el mismo día que su hermano pequeño, siendo el 31 de Julio, fue ignorado por sus padres olvidando completamente que este también era el día que nació. Incluso los invitados no le prestaban atención, demasiado centrados en Charlus, aunque debía admitir que no reconocía a casi ninguno de ellos. El único al que podía reconocer era Remus Lupin, o Lunatico como lo llamaba su padre, y tampoco es que le hiciera demasiado caso, estaba más centrado en su ahijado que pasaba a ser el cumpleañero ( y no, no era él) Fue en esos momentos donde echaba de menos a sus propios padrinos, el tío Canuto y la tía Alice.

El abandono de Harry PotterWhere stories live. Discover now