Parte sin título 34

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Capítulo 34

Casi hubo pasado un minuto de silencio. Ella con desagrado y / o frustración estaba. Cuando él hubo abierto su boca, ella disparó primero con la suya:

— ¿Cómo pudiste mantenerte callado? ¿Acaso, no percibías ni un tantito como yo me sentía? Más bien me siento. Que despiertes en un mundo que no es el tuyo. Donde no está tu familia a tu lado. Un mundo raro en el cual un loco que se cree Dios te quiere asesinar. ¿No pudiste ser solidario y decirme que te sucedió lo mismo, aunque a la inversa? Eres un idiota, Lois Teboni —esa última oración la dijo casi gritando.

Él se acercó a ella, mas ella le dio la espalda. El kriodo se mantenía neutral. Cabizbajo, Lois se disculpó:

—Lo siento. Tenía órdenes de la coalición de mantener el secreto hasta donde fuera posible. En otros tiempos hubiera hecho caso omiso, pero estoy tratando de no ser tan rebelde; además pensé que me habías reconocido.

Ella se volteó y le preguntó:

— ¿Por qué habría de reconocerte?

—No sé. Eh. Mírame bien —tras un breve momento— .Ok. Ni modo.

Se despegó un poco de ella, hizo varios gestos y pasos de coreografía de baile pop. Empezó a cantar:

—Llámame, nena, o envíame un texto, aunque me encuentre en la luna.

—No sigas ¡Oh por Dios! Desafinado, pero es la misma voz. ¡Oh, por Dios! No puede ser. Eres Austin Life (dio par de saltos y aplausos). Digo, no era tan fan tuya. Mi befa (mejor amiga) te hubiese reconocido al instante. Súper fan tuya, ¨ stalker ¨ al extremo. Su cuarto está decorado con pósteres tuyos. Hasta prende velones desde el día que desapareciste. De hecho, piensan tantas cosas. Muchas teorías sobre tu misteriosa desaparición: que si te raptó un ovni. Ni hablar de tus ¨ haters ¨ que piensan que te operaste, cambiaste de sexo y adoptaste otra identidad. Las revistas y sitios cibernéticos de farándula y otros temas sensacionalistas todavía hablan del tema.

Él la interrumpió al decirle:

— ¿Se te fue el enojo?

Ella sonrió y le contestó:

—Un poco. Ahora tengo esperanza de que pueda despertar en cualquier momento. Estar en casa. Digo ¿Eso fue lo que te sucedió?

—Sí. Un día desperté exactamente al lugar al cual habían llevado mi cuerpo en coma. Lo último que recuerdo es que estaba en un camerino preparándome para un concierto. Casi han pasado dos años de eso.

—Sí. Tus guardaespaldas y otras personas cercanas a ti fueron o son considerados sospechosos de tu desaparición.

—Veo que ya solucionaron el conflicto, así que ¿En qué puedo servirles?

Lois le contestó:

—Directo al grano. Necesitamos ayuda para vencer al opresor de este mundo.

El Kriodo contestó:

—Cornelius Rhoads.

Yamirelis: en el otro lado del mismo mundoWhere stories live. Discover now