*La Destitución de Severus Snape*

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En el momento que su dedo tocó la Marca, mi cabeza dolió salvajemente, la estrellada habitación desapareció de la vista, y me encontré de pie junto a Voldemort sobre el saliente de una roca bajo un acantilado, el mar moviéndose a mi alrededor

Había triunfo en el corazón de Voldemort por que nos tenían.

Un fuerte golpe me trajo de vuelta a la realidad.

Desorientada, alcé la varita, pero la bruja que tenía ante mi ya estaba cayendo, golpeó contra el suelo, tan fuerte que los cristales de la librería tintinearon.

-Nunca he Aturdido a nadie excepto en nuestras lecciones del E.D. Hizo más ruido del que pensé que haría.- dijo Luna.

Y efectivamente, el techo empezó a temblar con carreras apresuradas, el eco de pasos crecía en intensidad tras la puerta que se dirigía a los dormitorios.

El hechizo de Luna había despertado a los Ravenclaws que dormían arriba.

-¿Luna, Harry, dónde estáis? ¡Tengo que meterme bajo la Capa!- les dije a mis dos amigos.

Los pies de Luna aparecieron de ninguna parte, corrí a su lado y dejó caer la Capa sobre mi cuando la puerta se abrió y una riada de Ravenclaw, todos ellos en pijama, inundaron la sala común.

Hubo jadeos y gritos de sorpresa cuando vieron a Alecto yaciendo allí inconsciente.

La rodearon lentamente, una bestia salvaje que podía despertar en cualquier momento y atacarles.

Entonces un valiente pequeño de primero se adelantó y la pinchó en el trasero con el dedo gordo.

-¡Creo que puede estar muerta!- gritó con deleite.

-Oh mira. !Están encantados!- dijo Luna cuando los Ravenclaws empezaron a apiñarse alrededor de Alecto Carrow.

-Bravo... genial...- dije.

Se oyó un golpe en la puerta de la sala común y cada uno de los Ravenclaw se quedó helado.

Desde el otro lado, Harry oyó la suave y musical voz que surgía del picaporte en forma de águila.

-¿Adónde van los objetos Desaparecidos?- desde le otro lado, oí la suave y musical voz que surgía del picaporte en forma de águila.

-¿Y yo que sé? ¡Cállate! ¿Alecto? ¿Alecto? ¿Estás allí? ¿Les tienes? ¡Abran la puerta!- gritó la inculta voz de Amycus Carrow.

Los Ravenclaw susurraban entre ellos, aterrorizados.

Luego sin ninguna advertencia, hubo una serie de fuertes golpes, como si alguien disparara un arma contra la puerta.

-¡ALECTO! Si viene, y no tenemos a ni Weasley ni a Potter ¿Quieres seguir el mismo camino que los Malfoy? ¡CONTÉSTAME!- bramó Amycus, sacudiendo la puerta con todas sus fuerzas, pero ni aun así la puerta se abrió.

Los Ravenclaw estaban todos en la parte de atrás, y algunos de los más asustados echaron a correr por las escaleras hacia sus camas.

Luego, justo cuando me estaba preguntando si debía o no abrir la puerta de golpe y Aturdir a Amycus antes de que el mortífago pudiera hacer algo más, una segunda voz mucho más familiar se oyó detrás de la puerta.

-¿Puedo preguntar que está usted haciendo, Profesor Carrow?- preguntó la profesora McGonagall.

-¡Intento... conseguir... traspasar esta maldita... puerta! ¡Ve y traéme a Flitwick! ¡Obligueles a abrirla, ahora mismo!- gritó Amycus.

-¿Pero no está su hermana ahí? ¿No Profesor? Flitwick la dejó ahí esta tarde más temprano, ante su urgente petición ¿Quizás ella podría abrirle la puerta? Entonces no necesitaría despertar a medio castillo.- dijo la profesora McGongall.

La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //8//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora