Capítulo 21; La ira de Deidara.

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Naruto era un doncel de palabra, por lo que dos semanas después de haberse instalado en Japón, en el departamento de soltero de él junto a Kurama, había ido hacia el onsen donde vería a su familia. Supuso que se tardarían y como habían alquilado una habitación para poder hablar a gusto se cambió y metió en la bañera de agua caliente que tenían ahí mismo. Suspiró y se sumergió un poco, nada mejor que aquellas aguas para deshacerse de la pesadez de un mal día, un mal mes, año, vida quizá. Bien, quizá estaba delirando. Estuvo al menos una hora así.

—¡Naru, ya llegué! —escuchó la suave pero potente voz de su madre desde quizá la entrada del cuarto, por lo que se volvió a zambullir—. ¿Cariño, donde estás? —volvió a oírla y subió de nuevo.

—¡Aquí adentro-ttebayo!

Si pensaron que no diría nada estaban mal, su madre miedo enojada así que no encontraba motivos para hacerla rabiar. Sin embargo, no se movió ni un centímetro de las relajantes aguas. Kushina al oírlo fue hacia allá y descubrió la puerta corrediza para verle, le miró en silencio un segundo, notando que hacía mucho que no veía a su adorado hijo menor e hizo una mueca.

—¿No saludas a tu madre-ttebane? —puso sus manos como jarras en sus caderas, el menor abrió los ojos y sólo así Kushina pudo notar lo rojos, caídos y ojerosos que estaban y se preocupó. Bueno, preocupada ya estaba desde que el rubio le llamó para que fuera a Japón –a sabiendas de que él vivía en América y ella estaba de viaje-, más bien sintió como su corazón se detenía—. ¿Cariño, estás bien?

Naruto solo sonrió y ella pudo ver cómo era una sonrisa vacía, más allá de la belleza que resaltaba, más allá de su sonrisa de pasta dental, no había nada. Sólo un reflejo de lo que alguna vez fue. Naruto la miró a los ojos, sabiendo que... jamás puedes ocultarle algo a una madre.

—Ya llegó por quien lloraban-ttebasa —escucharon la voz de Karin, y ambos le miraron. Al Kushina abrir la puerta corrediza que daba casualmente a la del cuarto podía verlos a ambos, le dedicó una mirada incrédula a su madre—, ¿Habéis empezado sin mí? Sois malos —hizo un puchero.

—Hai, Naruto no nos ha esperado para nada-ttebane. ¿No es un malo? Mira que vengo desde Inglaterra —Kushina intentó que Naruto sonriera pero de nuevo, esa sonrisa estuvo vacía y no llegó hasta sus ojos, suspiró—. Ven Karin, cambiémonos para entrar.

Karin asintió y fue tras ella, no sin antes dedicarle una última mirada a su hermanito. Se veía exactamente como aquella vez, se preguntó si tenía problemas con Sasuke y miró al techo. Suigetsu había dicho que Sasuke no había ido a trabajar en dos semanas y que iría a verlo esa tarde para ver qué sucedía. Se acercó a su madre quien ya estaba empezando a guardar su ropa en el locker, y miró de nuevo hacia Naruto.

—¿Crees que sea muy malo? —le preguntó.

Kushina le dedicó una mirada que desde kilómetros se veía diciendo: ¿Bromeas? Pero luego simplemente agachó la mirada y suspiró, cerrando el locker y mirando al suelo.

—Creo que esta vez debimos traer a Tsunade con nosotras —dijo, no es que fueran una familia desunida sino más bien ocupada, por lo que cuando concertaban una cita sin ser día de reunión familiar o una fecha especial, significaba problemas. Era justamente por eso su tensión—, Naruto nos reunió por algo. Y necesita todo el apoyo posible-ttebane.

—Bueno, ya verás que lo que sea lo solucionaremos —aseguró Karin con una pequeña sonrisa—. Después de todo, somos Uzumaki. ¿O no?

Kushina le devolvió la sonrisa de la misma forma y asintió. Justo cuando iban de camino hacia el baño privado un rubio abría la puerta estruendosamente, ambas se giraron a ver al doncel que había irrumpido, y éste les miró, frunciendo los labios. Ambas mujeres negaron con la cabeza y le indicaron que fuera a cambiarse, hablarían entre las relajantes aguas. Deidara suspiró y fue a hacer lo indicado, podía oír las voces de Kushina y Karin pero Naruto no se oía para nada, lo cual solo terminaba de poner sus pelos de puntas. Se dejó el collar con el símbolo Uzumaki que todos tenían como única cubierta de su cuerpo y se fue hacia el onsen.

El hijo de un abogado |SasuNaru|Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin